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Informalidad y desempleo

Investigación: Daniel Schteingart

En muchos países, el mercado laboral enfrenta desafíos como la informalidad y el desempleo, dos problemas que reflejan la dificultad de los sistemas socioeconómicos para generar empleos de calidad. Mientras que el desempleo es sensible a los ciclos económicos, la informalidad laboral es particularmente característica de los países menos desarrollados.

Argentina tiene niveles de informalidad laboral menores que el promedio de América Latina, producto de su mayor desarrollo económico. Sin embargo, desde la década de 1990, la informalidad tuvo un peor desempeño comparado con la región. El país también ha tenido una desocupación consistentemente superior a la media mundial.

Desde principios de la década de 1990 hasta la actualidad, la tasa de desocupación de Argentina ha tenido fuertes vaivenes. Durante esta década, la desocupación pasó de ser un fenómeno acotado (inferior al 6% de la población activa) a uno de los mayores problemas socioeconómicos del país, con picos cercanos al 20% en años de recesión (1995 y 2002). Tras la salida de la Convertibilidad en 2002, el desempleo bajó aceleradamente hasta 2008 y se mantuvo estable en torno al 7% hasta 2015. En los años siguientes, volvió a crecer y tuvo un pico en 2020 por la pandemia de COVID-19. La recuperación económica pospandemia fue muy intensiva en empleo: en 2022-2023, los niveles de desocupación cayeron por debajo del 7%, el registro más bajo desde 1991. Sin embargo, la composición del empleo tendió a ser más informal en los últimos años. Además, el nivel medio de los ingresos laborales ha caído en la última década y se encuentra en niveles históricamente bajos.

Informalidad laboral

La informalidad laboral es un concepto amplio que refiere a una serie de características de empleo que no cumplen con las regulaciones y normas laborales establecidas. La informalidad incide en el bienestar y la pobreza ya que los trabajadores en el sector informal a menudo enfrentan condiciones de trabajo precarias. Sus ingresos suelen ser inestables y por lo general bajos, lo que aumenta su vulnerabilidad ante cualquier crisis económica o de salud. Además, la informalidad laboral es una expresión de la desigualdad. ¿Cómo se define la informalidad en Argentina? ¿Cuál ha sido su historia en el territorio?

¿Cómo se define la informalidad?

Existen varias definiciones de informalidad laboral. Algunas de las más comunes incluyen:

  • Definición basada en el empleo
    Refiere a los trabajadores y trabajadoras que carecen de contratos formales de trabajo y de protección social, como la seguridad social o el seguro de salud.
  • Definición basada en la empresa
    Enfoca en las empresas no registradas o no reguladas por las autoridades gubernamentales. Estas, a menudo, no cumplen con las leyes laborales y fiscales.
  • Definición basada en la producción
    Se centra en la producción de bienes y servicios fuera del marco regulatorio. A menudo esto implica la evasión de impuestos y la falta de cumplimiento de las normas laborales.

¿Cómo se mide la informalidad?

La medición de la informalidad laboral puede ser compleja y variar según el enfoque utilizado. Por ejemplo, el Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (CEDLAS) de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) toma dos definiciones posibles de informalidad. 

Por un lado, está la definición legalista. Esta considera informales a las personas ocupadas (por lo general, asalariadas) que no tienen derecho a una jubilación vinculada a su empleo cuando se retiren. Por otro lado, está la definición productiva de informalidad que clasifica como informales a las personas ocupadas que: 

  1. Son asalariadas y trabajan en microempresas (de hasta 5 trabajadores/as). 
  2. Son cuentapropistas de baja calificación.
  3. Son trabajadores/as familiares sin remuneración1.

En contraste, se considera como formales a las personas ocupadas que: 

  1. Son asalariadas y trabajan en empresas de 6 o más puestos de trabajo (esto es, empresas pequeñas, medianas y grandes). 
  2. Trabajan en el sector público.
  3. Son cuentapropistas profesionales (esto es, con estudios superiores completos).
  4. Son patrones (empleadores). 

Vale tener en cuenta que esta definición contempla al conjunto de la población ocupada. Si se observa la legalista por lo general considera sólo a la población asalariada, que es un subconjunto de aquella.

Las dos definiciones alternativas de informalidad captan dimensiones distintas de la relación laboral. La definición legalista hace foco en aquellos empleos no registrados, que no ofrecen una serie de beneficios sociales, entre ellos, la jubilación. La definición productiva, en cambio, pretende captar los empleos de baja productividad, independientemente del estatus legal de la relación laboral. De cualquier forma, existe una alta correlación entre las dos definiciones de informalidad.

¿Cómo evolucionó la informalidad laboral en Argentina?

Informalidad en Argentina según tipo de definición

Evolución de la tasa de informalidad en Argentina según tipo de definición (en porcentaje),1986-2022
Fuente de datos: SEDLAC, CEDLAS y Banco Mundial.
Nota: en los años de cambio de muestra se empalmaron las series hacia atrás. Las series desde 2006 corresponden a 31 aglomerados urbanos.

La trayectoria de largo plazo de la informalidad en Argentina muestra tendencias un tanto diferentes según se tome la definición productiva o la legal. 

Al considerar la definición productiva, se observa una tendencia descendente entre 1992 y 2011 (al pasar del 51% al 38%) y un estancamiento desde entonces (39% en 2021). Durante la década de 1990 y de los 2000, la informalidad medida de esta manera se redujo. Este fenómeno obedece a la fuerte caída en el cuentapropismo de baja calificación y al incremento del empleo tanto en empresas de más de 5 trabajadores/as como en el sector público. El estancamiento posterior obedece a varios factores contrapuestos. Por un lado, debe mencionarse la caída del peso relativo del empleo privado en empresas de más de 5 trabajadores y la suba del cuentapropismo no calificado. Por otro lado, el incremento del peso del empleo público y del cuentapropismo profesional, empujó la informalidad productiva a la baja.

Si, por el contrario, se considera la definición legal –medida en términos del porcentaje de asalariados que no perciben descuento jubilatorio– la evolución muestra una fuerte suba entre fines de la década de 1980 y la crisis de la Convertibilidad. Luego cae sostenidamente entre 2003 y 2015 (principalmente hasta 2011) y sube de manera moderada desde entonces. Durante la pandemia de COVID-19, la informalidad se redujo porque los empleos de esta categoría se contrajeron más fuertemente que los formales. Considerando toda la serie, el menor guarismo se dio en 1986 (27%) y el máximo en 2003 (49%). En el siglo XXI el menor valor –exceptuando la anomalía de la pandemia– se dio en 2015 (33%). En 2022 la informalidad bajo la definición legal promedió el 37%. 

Argentina se encuentra entre los países de menor informalidad laboral de América Latina

Informalidad en América Latina

Comparación de la tasa de informalidad en América Latina según tipo de definición (en porcentaje), 2022 (o último año disponible)
Fuente de datos: SEDLAC, CEDLAS y Banco Mundial.

Entre estos 15 países de América Latina, Argentina se encuentra entre los de menores tasas de informalidad considerando ambas definiciones, la productiva y la legal. Con la definición productiva, el país se encuentra entre los cuatro de menor informalidad, por detrás de Chile, Uruguay y Costa Rica. Por su parte, estos presentan guarismos medianamente similares (todos entre el 30 y el 40%). A nivel regional, los de peor desempeño son Bolivia (75%), Ecuador (68%) y Perú (67%), donde hay grandes porcentajes de la población que son cuentapropistas de baja calificación o trabajadores sin ingresos (en general, trabajadores familiares en agro y comercios). 

Vale tener en cuenta que la situación relativa de Argentina ha ido empeorando con el correr del tiempo, particularmente considerando la definición legal.

¿Por qué Argentina tiene menor informalidad laboral que la media de la región?

PIB per cápita y formalidad en América Latina

Comparación del PIB per cápita en función de la tasa de informalidad en América Latina (en porcentaje), 2022 (o último año disponible)
Fuente de datos: SEDLAC, CEDLAS y Banco Mundial.
Nota: PIB per cápita en dólares ajustado por PPA 2017. Se tomó la definición productiva de informalidad.

La principal razón es que Argentina es un país más desarrollado que la media de la región. Por ejemplo, al observar el PIB per cápita (uno de los indicadores más habituales para medir desarrollo), se encuentra una correlación estrecha con la tasa de formalidad, particularmente en su definición productiva. Esto ocurre por una serie de razones. Primero, porque en las sociedades de mayores ingresos per cápita las unidades productivas tienden a ser más grandes. También, el peso del empleo público es por lo general mayor, dada la existencia de mayores prestaciones sociales. Finalmente, porque gana protagonismo el empleo cuentapropista profesional respecto al cuentapropista de subsistencia.

Comparado con la región, Argentina tiene menor peso de trabajadores sin ingresos y cuentapropistas no calificados

Empleo según categorías ocupacionales en América Latina

Composición del empleo según categorías ocupacionales en América Latina (en porcentaje), 2022 (o último año disponible)
Fuente de datos: SEDLAC, CEDLAS y Banco Mundial.

Argentina tiene un mejor desempeño relativo en la definición productiva en comparación al promedio regional porque tiene una menor proporción de trabajadores sin ingresos y cuentapropistas no calificados. En Argentina, menos del 1% del empleo corresponde a la categoría trabajadores sin ingresos, cifra alejada del 10% de países como Honduras, Ecuador, Perú y Bolivia. A su vez, el cuentapropismo no calificado explica el 19% del empleo. Dicha cifra se ubica muy por debajo de países como los centroamericanos o los andinos, en donde la misma supera el 30%, llegando en algunos casos al 40%. 

Por otro lado, en Argentina el sector público da cuenta del 19% del empleo urbano, el valor más alto de la región. Este hecho supone que en Argentina el empleo público contribuye relativamente más a la tasa de formalidad que en el resto de los países de la región. Lo mismo sucede con el cuentapropismo profesional: Argentina tiene, junto con Chile y Colombia, el porcentaje de cuentapropismo profesional más alto de toda la región (5% del total del empleo).

Argentina ha tenido un desempeño peor al promedio de la región en materia de informalidad en las últimas décadas

Informalidad asalariada en América Latina

Evolución de la tasa de informalidad asalariada en América Latina (en porcentaje), 1986-2022
Fuente de datos: SEDLAC, CEDLAS y Banco Mundial.
Nota: 1. Se tomó la definición legal de informalidad. 2. En los años de cambio de muestra se empalmaron las series hacia atrás.

Esta tendencia guarda una relación estrecha con el peor desempeño económico de Argentina relativo a la región desde 1990. Considerando la definición legal, mientras Brasil y Chile tienen hoy menor informalidad laboral que a principios de la década de 1990, Argentina registra un nivel similar al de 1991. Buena parte de estas diferencias se generaron en esa década y no se revirtieron después.

CABA y las provincias patagónicas son las de mayor formalidad, mientras que las de mayor informalidad están en el norte del país

Informalidad por provincia

Informalidad productiva y legal por provincia (en porcentaje), 2022
Fuente de datos: Kozlowski D., et al. (2020) con base en EPH, INDEC.
Nota: 1. Datos al tercer trimestre. 2. Los datos de la EPH total urbano muestran por lo general una mayor informalidad en ambas definiciones que la EPH de 31 aglomerados, ya que abarca a localidades más chicas y por lo general con unidades productivas más pequeñas.

Al observar la informalidad laboral a nivel provincial, existe una elevada correlación en los valores estimados según las definiciones legal y productiva. En 2022, las tres provincias mejor posicionadas eran Santa Cruz, CABA, y Tierra del Fuego (el orden entre ellas cambia según la definición). La informalidad es inferior al 25% en las dos definiciones en estas jurisdicciones.

En tanto, las dos provincias de mayor informalidad bajo la definición productiva son Chaco y Santiago del Estero (por encima del 50%), y bajo la definición legal son Salta y Chaco (también por encima del 50%). 

Por lo general, y al igual que lo que ocurre en América Latina, las provincias de mayor ingreso per cápita como CABA y las patagónicas, son las mejor posicionadas en formalidad. Por otra parte, aquellas del Norte Grande tienen los peores registros de informalidad. 

La informalidad es mayor en los jóvenes y en las mujeres

Informalidad asalariada por edad y género

Comparación de la tasa de informalidad asalariada según edad y género, Argentina (en porcentaje), 2022
Fuente de datos: Kozlowski D., et al. (2020) con base en EPH, INDEC.
Nota: datos al tercer trimestre.

La tasa de informalidad es mayor tanto en los jóvenes como en las mujeres bajo ambas definiciones, legal y productiva. Las brechas más grandes se observan a nivel etario. Al considerar la definición legal, la tasa de informalidad asalariada supera cómodamente el 65% en la población con menos de 24 años. Luego disminuye sostenidamente hasta los 50 años, en donde promedia el 25%. A partir de allí –y particularmente tras el inicio de la edad jubilatoria– la informalidad vuelve a acrecentarse, dando como resultado una forma de “U” en función de la edad.

El empleo de las mujeres es más informal que el de los varones en todas las franjas etarias, con la excepción de la adolescencia tardía. En 2022, considerando el total de la población urbana, la tasa de informalidad asalariada fue 41,5% en mujeres y 37,6% en varones. Esta brecha, en torno a los 4 puntos porcentuales (p.p.), se ha mantenido relativamente estable en los últimos cinco años. 

Vale tener en cuenta que el nivel educativo promedio de las mujeres ocupadas es considerablemente más alto que el de los varones. Por tanto, si se controla por variables como nivel educativo (u otras como región y edad), la probabilidad de que una mujer asalariada sea informal es 11 p.p. más alta que para un varón.

¿Qué factores explican la mayor informalidad laboral en jóvenes y mujeres?

Los factores que explican la mayor informalidad en los jóvenes y las mujeres son diferentes. En los jóvenes, destacan como relevantes los siguientes factores:

  • Falta de experiencia laboral. Los jóvenes que recién ingresan al mercado laboral a menudo carecen de experiencia y habilidades laborales. Esto puede dificultar su acceso a empleos formales y bien remunerados. Por lo tanto, pueden verse obligados a aceptar empleos informales como primer paso en su vida laboral.
  • Bajo nivel educativo. Los jóvenes –sobre todo de menos de 25 años– que trabajan tienen un menor nivel educativo promedio que aquellos que no trabajan. Esto ocurre porque quienes no trabajan se encuentran realizando estudios superiores y retardan su ingreso al mercado laboral. Este fenómeno contrasta con lo que ocurre durante la adultez, en donde un mayor nivel de estudios se condice con una mayor tasa de ocupación. 
  • Preferencia por trabajos flexibles. Algunos jóvenes, especialmente si estudian o tienen otras responsabilidades, pueden preferir empleos flexibles en términos de horarios y ubicación, los cuales tienen mayor probabilidad de ser informales, y por lo tanto ofrecer menor protección laboral y beneficios.

No obstante los factores mencionados, incluso si se controla por nivel educativo, región y género, es decir si se mantienen constantes esas variables, ser joven menor de 25 años incrementa en 33 p.p. la probabilidad de ser informal.

En tanto, las razones de la mayor informalidad en mujeres pueden explicarse por una preferencia por trabajos flexibles para compatibilizar con tareas de cuidado. Por otro lado, también influyen la segregación laboral y la discriminación. En detalle:

  • Segregación ocupacional y sectorial. Las mujeres tienen una menor representación en sectores de alta formalidad relativa, como energía, minería, siderurgia, automotriz y química. En contraste, tienen mayor protagonismo en sectores de alta informalidad. Ejemplos de estos son el trabajo en casas particulares o los servicios personales (como por ejemplo peluquerías o servicios de tratamiento de belleza). Esto puede deberse a estereotipos de género y discriminación en la contratación.
  • Doble jornada laboral. Las mujeres enfrentan una “doble jornada laboral” en la que tienen que equilibrar el trabajo remunerado con el trabajo doméstico y de cuidado no remunerado. Esto puede llevar a las mujeres a buscar empleo en el sector informal, donde hay una mayor flexibilidad en términos de horarios y responsabilidades laborales.
  • Falta de protección social y políticas de cuidado. En conexión con el punto anterior, la falta de acceso a servicios de cuidados y protección social adecuados son factores que pueden influir en la mayor informalidad laboral entre las mujeres. Al carecer de servicios de cuidado asequibles y de calidad, muchas mujeres no pueden trabajar en empleos formales a tiempo completo. En consecuencia, terminan buscando empleo en el sector informal.

Las brechas de género en materia de informalidad vienen reduciéndose en Argentina

Informalidad asalariada por género

Evolución de la tasa de informalidad asalariada por género para personas entre 25 y 64 años, Argentina (en porcentaje), 1986-2022
Fuente de datos: SEDLAC, CEDLAS y Banco Mundial.
Nota: se tomó la definición legal de informalidad.

Desde la década de 1980, las brechas de género en la informalidad laboral vienen reduciéndose sostenidamente. Eran superiores a los 15 p.p. en la población de 25 a 64 años entonces, pero en la actualidad esa cifra baja a 5 p.p. en la misma franja etaria. No obstante, si comparamos los datos de punta a punta, esta reducción no se explica por un mayor progreso relativo de las mujeres, sino por un mayor deterioro relativo de los varones. Desde 1986 hasta hoy la tasa de informalidad subió 16 p.p. para los varones contra 4 p.p. entre las mujeres. Si comparamos las etapas al interior de este período, vemos que, tanto para varones como para mujeres, la informalidad subió de manera ininterrumpida entre 1994 y 2003, se redujo significativamente entre el 2004 y 2011, y luego se estancó desde esa fecha hasta la actualidad.

La reducción de las brechas de género en informalidad no es un fenómeno exclusivo de Argentina, sino generalizado en la región

Brechas de género en la informalidad en América Latina

Comparación de las brechas de género en la tasa de informalidad en América Latina (en puntos porcentuales), circa 2000 vs. circa 2021
Fuente de datos: SEDLAC, CEDLAS y Banco Mundial.

La tendencia a la reducción de brechas de género en la informalidad laboral se constata en gran parte de la región. Vale tener en cuenta que hay algunos países (como México, Paraguay, El Salvador y Ecuador) donde la informalidad es mayor en los varones. Eso no quita que estas brechas también tendieron a reducirse en el tiempo. 

El gráfico ilustra las brechas de informalidad (tomando la definición legal) en distintos países de la región. Muestra una comparación entre la situación hacia el año 2000 (eje horizontal) y la actualidad (eje vertical). Casi todos los países que están en el cuadrante superior derecho están por debajo de la diagonal. Esto significa que las mujeres tienen mayor informalidad que los varones, pero que esa informalidad se redujo a lo largo del tiempo. A la inversa, la mayoría de los países en el cuadrante superior izquierdo está por encima de la diagonal. Esto significa que los varones tienen una mayor informalidad que las mujeres, pero que esa brecha se redujo a lo largo del tiempo.

Argentina es el país de la región que está más arriba y más a la derecha, lo cual significa que, tanto en 2000 como en 2021, fue el país con la mayor brecha de género en la informalidad laboral de la región.

¿Qué factores están por detrás de la reducción de las brechas de género en informalidad?

Son varios los factores por detrás de la disminución de las brechas de género en informalidad en Argentina. Dentro de ellos se destacan:

  • En las últimas décadas, el nivel educativo de las mujeres creció más rápidamente que el de los varones.
    En las últimas décadas el nivel educativo de la población, al igual que lo que ocurrió en gran parte del mundo, subió. No obstante, la suba fue mayor para las mujeres que para los varones. Lo mismo también se evidencia en otras partes del mundo (Ortiz-Ospina, 2019). Detrás de esta tendencia se encuentra la democratización de la educación, que históricamente había estado más masculinizada.
  • La caída y retraso de la nupcialidad y la maternidad han favorecido un mayor desarrollo profesional de las mujeres.
    Las tendencias en el matrimonio y la maternidad también han cambiado en las últimas décadas. Por un lado, tanto la nupcialidad como la fertilidad han caído sostenidamente en las últimas décadas. A la vez, los matrimonios y la maternidad se están dando más tardíamente. Esto posibilita que las mujeres se enfoquen en su educación y desarrollo profesional antes de asumir responsabilidades familiares de cuidado, las cuales han recaído históricamente en mayor medida sobre ellas.
  • Creciente peso de ramas feminizadas y formales en el empleo.
    En las últimas décadas, ramas feminizadas y de alta formalidad como educación y salud han ganado peso tanto en el PIB como en el empleo. En contraste, ramas altamente formales pero masculinizadas como la industria manufacturera tuvieron un dinamismo mucho más exiguo.

Desempleo

La tasa de desempleo es una de las métricas más utilizadas a la hora de analizar el mercado laboral. Una persona desocupada es aquella que no trabaja y busca activamente empleo, lo que la diferencia de una persona inactiva (no trabaja y no busca). En Argentina el desempleo ha sido muy oscilante en las últimas décadas y siempre superior a la media mundial. No obstante, en los últimos años estuvo en los menores valores en 30 años. ¿Qué impactos tiene el desempleo en la población? ¿A qué grupos sociales afecta principalmente?

¿Por qué conocer sólo la tasa de desempleo no es suficiente para entender la salud económica de un país?

La tasa de desempleo no se calcula como porcentaje de la población total (como sí ocurre con la tasa de empleo o la tasa de actividad). Se calcula como porcentaje de la población económicamente activa (PEA), que incluye a los ocupados y los desocupados.

Debe tenerse en cuenta que la evolución de la tasa de desempleo se correlaciona muy fuertemente con el ciclo económico. Esta mejora cuando crece la economía y se deteriora en períodos de recesión. Sin embargo, no hay una clara correlación entre los niveles de desarrollo de los países y la tasa de desempleo, ya que esta también depende de otros factores. Por ejemplo, depende de la participación laboral, la cual tiende a tener una forma de “U” respecto al ingreso per cápita. Además, la tasa de desempleo de un país puede ser baja no necesariamente por la existencia abundante de empleos de calidad, sino por la predominancia de puestos de trabajo informales que apenas garantizan la subsistencia. Es por ello que el análisis de este indicador debe complementarse con otros indicadores clave del mercado laboral. En general, suele estudiarse en conjunto con la tasa de participación, la tasa de empleo o la tasa de informalidad.

En los últimos años, la tasa de desempleo de Argentina estuvo en los menores niveles de las últimas tres décadas

Tasa de desocupación

Evolución de la tasa de desocupación, Argentina (en porcentaje), 1991-2023
Fuente de datos: Banco Mundial con base en Base de datos de estimaciones y proyecciones, Organización Internacional del Trabajo.

Desde principios de la década de 1990 hasta la actualidad, la tasa de desocupación de Argentina ha tenido fuertes vaivenes. Durante esa década, la desocupación pasó de ser un fenómeno acotado (inferior al 6% de la PEA) a uno de los mayores problemas socioeconómicos del país. 

Un hecho notable del período 1990-2002 es que, a pesar de que el desempleo registró picos cercanos al 20% en años de recesión (1995 y 2002), también registró alzas importantes en contexto de crecimiento económico (1991-1994). Este salto en la desocupación se explica principalmente por dos razones. Primero, se destaca la fuerte reestructuración productiva de dichos años, que incluyó el cierre de firmas producto de la apertura económica, una menor demanda de empleo no calificado y las privatizaciones de empresas públicas, entre otros factores. En paralelo, colaboró con este fenómeno el aumento de la participación laboral femenina.

Tras la salida de la Convertibilidad en 2002, el desempleo bajó aceleradamente hasta 2008 y se mantuvo estable en torno al 7% hasta 2015. Entre dicho año y 2019, volvió a crecer en un contexto mayormente recesivo. Esa trayectoria alcanzó un pico en 2020 por la pandemia de COVID-19. La recuperación económica de la pospandemia fue muy intensiva en empleo, lo que permitió que en 2022-2023 los niveles de desocupación cayeran por debajo del 7%, el registro más bajo desde 1991. A pesar de esta mejora, como se vio en la sección de informalidad, la composición del empleo tendió a ser más informal en los últimos años. Además, el nivel medio de los ingresos laborales ha caído en la última década y se encuentra en niveles históricamente bajos.

La tasa de desempleo de Argentina ha sido históricamente mayor a la media mundial

Tasa de desocupación en el mundo

Evolución de la tasa de desocupación en países seleccionados (en porcentaje), 1991-2023
Fuente de datos: Banco Mundial con base en Base de datos de estimaciones y proyecciones, Organización Internacional del Trabajo.

Desde 1991, Argentina ha registrado una tasa de desempleo consistentemente superior a la media mundial (fluctuando esta última entre el 5% y el 7%). En 2023, el desempleo de Argentina fue del 6,2%. Si bien esta cifra es baja para la media histórica del país, estuvo 1,2 puntos por encima de la media mundial (5%). En la misma línea, Argentina estuvo en el puesto 114 sobre 185 países en tasa de desempleo (un número mejor en el ranking supone una menor tasa desempleo).

En el gráfico se puede ver la tasa de desocupación por país desde 1991. En 2023, los de mayor desempleo fueron Sudáfrica y Eswatini, con más del 20%. A su vez, 9 de los 10 países con mayores tasas de desocupación fueron africanos. Dentro de América Latina y el Caribe, el de mayor desocupación fue Haití (con un 15%), mientras que el menor fue Cuba (con 1%).

En casi todos los países, las personas desocupadas son más infelices que las ocupadas

Satisfacción con la vida entre personas ocupadas y desocupadas

Comparación de la satisfacción con la vida entre personas ocupadas y desocupadas (en escala del 1 al 10), 2017-2022
Fuente de datos: World Values Survey, Institute for Comparative Survey Research.

Tener un empleo supone más que meramente poseer ingresos. También es una forma de integración social, de construcción de vínculos con otras personas y de sentirse socialmente valorado. Existe evidencia de que ello se asocia con un mayor bienestar subjetivo (Schteingart y Trombetta, 2018).

En el gráfico se muestra la satisfacción con la vida que las personas ocupadas y desocupadas de distintos países reportan ante la World Values Survey. Casi todos los países están por encima de la diagonal. Esto indica que en casi todos los casos las personas ocupadas tienen en promedio un mayor bienestar subjetivo que las desocupadas. 

En Argentina, las personas ocupadas reportan un nivel de satisfacción con la vida de 7,7 en una escala de 1 a 10. Por su parte, los desocupados uno de 6,7, es decir, 1 punto menos. Esta diferencia es levemente mayor al promedio mundial, de 0,8 puntos. Las mayores brechas se dan en países nórdicos como Suecia y Noruega, en donde rondan los 2 puntos.

La tasa de desempleo es mayor en los jóvenes y en las mujeres

Desocupación según edad y género

Comparación de la tasa de desocupación según edad y género, Argentina (en porcentaje), 2023
Fuente de datos: Kozlowski D., et al. (2020) con base en EPH, INDEC.
Nota: datos al tercer trimestre.

En Argentina, al igual que en la gran mayoría del mundo, la tasa de desempleo femenina ha sido históricamente mayor a la masculina. Esto se observa en casi todas las franjas etarias. Dentro de las causas que explican el mayor desempleo en mujeres se pueden mencionar factores tanto de oferta como de demanda. 

En el caso de la oferta, las elevadas responsabilidades de cuidado no remunerado llevan a que las mujeres busquen empleos más flexibles o a tiempo parcial. De este modo, intentan compatibilizar el trabajo remunerado con sus responsabilidades familiares. Esta necesidad limita las opciones de empleo disponibles y puede prolongar la duración del desempleo, ya que encontrar un trabajo que se ajuste a esas restricciones es más difícil. 

A su vez, las mujeres a menudo experimentan interrupciones en sus carreras para atender responsabilidades de cuidado. Estas interrupciones –que pueden suponer una pérdida o desactualización de habilidades– pueden llevar a dificultades para reingresar al mercado laboral, aumentando el riesgo de desempleo. Por el lado de la demanda, las mujeres frecuentemente experimentan distintos tipos de discriminación. La discriminación contra embarazadas y madres es una de los más recurrentes. A partir de estereotipos y prejuicios, ciertos empleadores tienden a percibirlas como menos comprometidas con su trabajo, y con requerimientos de tiempo libre adicional.

El empleo juvenil también presenta fuertes desigualdades. En este caso, las causas del mayor desempleo son bastante diferentes. En general, se explica por la falta de experiencia laboral previa, un factor comúnmente requerido por los empleadores.

La tasa de desocupación cae cuanto mayor es el nivel educativo

Desocupación según nivel educativo

Evolución de la tasa de desocupación según nivel educativo para la población de 30 a 54 años, Argentina (en porcentaje), 2003-2023
Fuente de datos: Kozlowski D., et al. (2020) con base en EPH, INDEC.

Existen grandes diferencias en las tasas de desocupación según el nivel de estudios de las personas. Para un mejor análisis, en el gráfico se toma la población de 30 a 54 años con el fin de evitar los efectos superpuestos de las edades jóvenes en el desempleo. Se puede observar que la tasa de desempleo de las personas con estudios superiores rara vez supera el 5%. Sin embargo, es persistentemente más elevada entre quienes no terminaron la secundaria. Además, la tasa de desempleo de esta población tiende a ser mucho más procíclica y volátil. Esto significa que aumenta más que la del resto de la población en períodos recesivos (como 2016-2020). 

Referencias

Notas

1. Aquí se consideran trabajadores familiares sin remuneración a las personas ocupadas en un establecimiento económico dirigido por una persona de su familia -que puede vivir o no en el mismo hogar- y que no reciben pago en dinero o en especie por su trabajo ni retiran dinero. Un caso típico es el de un hijo o hija que trabaja en una tienda familiar atendiendo clientes o una persona que ayuda en una granja familiar plantando cultivos o cuidando el ganado. No se incluye aquí el trabajo doméstico y de cuidados sin remuneración, por considerarlos “reproductivos” más que “productivos”.

Bibliografía y fuentes

Kozlowski, D., Tiscornia P., Weksler G., Rosati G. y Shokida N. (2020). EPH: Argentina’s Permanent Household Survey Data and Manipulation Utilities. R package version.

Ortiz-Ospina, E., Hasell, J. y Roser M. (2019). Economic Inequality by Gender. Our World In Data.

Schteingart, D. y Trombetta, M. (2018). La relación entre desarrollo, lazos sociales y bienestar subjetivo. Cuadernos Del CIMBAGE, 1(20), pp. 13-49. 

Cita sugerida

Schteingart, D. (2024). Informalidad y desempleo. Argendata. Fundar.