Si hay algo que caracteriza a la Argentina son los vaivenes.
Somos un país volátil y cambiante. Un electrocardiograma viviente: pasamos de la euforia a la depresión, de la crisis a la esperanza. Pensamos que es un país invivible y decadente, y al rato, que somos el mejor país del mundo, que podemos ser una potencia y que nos da orgullo ser argentinos.
Esa taquicardia emocional tiene asideros muy concretos. Desde principios del siglo XX, pasamos 4 de cada 10 años en recesión, una cifra altísima para la media mundial. Y para peor: con el correr de los años nos hemos vuelto más volátiles, cuando en el mundo ocurrió lo contrario.
Variación interanual del PIB per cápita en Argentina, 1900-2023
Fuente de datos: Maddison Project Database e INDEC.
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Paremos la pelota
Con tanto subibaja cuesta entender a la Argentina: cómo estamos hoy, cómo evolucionamos a lo largo de nuestra historia y cómo nos ubicamos frente a otros países.
Entender lo que somos es fundamental, no sólo por un acto de curiosidad intelectual. Es clave para mejorar el estado de la conversación pública, muchas veces plagada de datos fuera de contexto o de anécdotas que impiden tener un mapa riguroso de lo que somos. Y lo más importante: entender a la Argentina es esencial para tener un diagnóstico de aquello en lo que vamos mal y por lo tanto debemos corregir, y aquello en lo que vamos bien y por lo tanto debemos fortalecer.
El ingreso per cápita de Argentina es mayor al promedio mundial y latinoamericano
El ingreso per cápita de Argentina (medido a partir del PIB en dólares ajustados por paridad de poder adquisitivo) es un 28% mayor a la media mundial. Y si bien el ingreso per cápita de Argentina es menos de la mitad del de los países de ingreso alto (como la mayoría de Europa, Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Japón, Corea del Sur o algunos de Medio Oriente), está por encima de la gran mayoría de los países de América Latina, Asia y África.
PIB per cápita en dólares (ajustados por paridad de poder adquisitivo), 2022
Fuente de datos: Banco Mundial. Los datos están en dólares ajustados por paridad de poder adquisitivo (PPA) de 2021
La esperanza de vida al nacer es cuatro años mayor a la del mundo
La esperanza de vida al nacer, uno de los indicadores más utilizados para conocer la salud de la población de un país, es de 77 años en Argentina, cuando en el mundo es de 73 y en América Latina de 76. Pero, en comparación con los países desarrollados, es 4 años menor.
Esperanza de vida al nacer (en años), 2019
Fuente de datos: Banco Mundial. Se considera países desarrollados a los definidos como de “ingreso alto” según el Banco Mundial.
Los años de escolarización de la población argentina son más parecidos a los de los países desarrollados que a la media mundial
Los argentinos tenemos en promedio 11 años de escolarización: 3 por encima de la media global, 2 más que la media latinoamericana y 2 por debajo de los países desarrollados. Si bien este indicador no nos dice nada respecto a la calidad de la educación, el dato pone de manifiesto la mayor difusión histórica de la educación en nuestro país frente a la mayoría de los países.
Años de escolarización de la población de 25 años y más, 2022
Fuente de datos: PNUD. Se considera países desarrollados a los definidos como de “ingreso alto” según el Banco Mundial.
Contrariamente a lo que comúnmente se cree, Argentina tiene niveles de pobreza por ingresos menores a la mayoría de los países del mundo
Si ordenamos a los países en función de la pobreza monetaria que tienen, encontramos que en 2024 Argentina está en el puesto 69 sobre 171. Este dato toma una línea de pobreza similar a la que utiliza Argentina y la aplica a todos los países. La pobreza por ingresos en Argentina (cercana al 50%) es mucho más alta que en países desarrollados, en donde no llega al 5%. Pero es mucho menor a la media mundial (66%). ¿Cómo es posible? Porque hay muchos países, varios de ellos muy poblados, en donde la pobreza monetaria es más alta, como India, México, Indonesia, Pakistán, o los del África Subsahariana.
Tasas de pobreza monetaria en distintos países (línea de 13,7 dólares diarios a paridad de poder adquisitivo), 2022 o último dato disponible
Fuente de datos: Poverty and Inequality Platform (PIP) del Banco Mundial. Se excluyeron observaciones del año 2020 por la pandemia de COVID-19.
Argentina está entre los 35 países más democráticos del mundo
De acuerdo al Índice de Democracia Liberal (IDL), Argentina se ubica en el puesto 34 sobre 174 países, con un puntaje de 0,69 (1 es el máximo). Esta métrica, elaborada por el Instituto V-Dem de la Universidad de Gotemburgo (Suecia) a partir de evaluaciones de más de 3.500 expertos, refleja en qué medida en los distintos países existe derecho al voto, libertad y transparencia en las elecciones, libertad de asociación y expresión, libertades civiles y limitaciones al Poder Ejecutivo. Argentina está relativamente bien posicionada aquí desde que reconquistamos la democracia en 1983: tenemos elecciones libres y transparentes, nadie va preso por decir lo que piensa y cualquiera puede militar en el espacio político que desee.
Índice de democracia liberal, 2023
Fuente de datos: V-Dem (2024), vía Our World in Data. Se considera países desarrollados a los definidos como de “ingreso alto” según el Banco Mundial.
Si bien son muy grandes, las brechas de género en Argentina son menores a la media mundial
En buena parte del mundo todavía persisten notables brechas de género en cuestiones como participación política, en el mercado de trabajo y en la sociedad civil. En Argentina dichas brechas también son profundas en muchas dimensiones. Sin embargo, Argentina es un país relativamente bien posicionado. Los cambios culturales de las últimas décadas, movilizados mayormente desde la sociedad civil, explican el por qué de este fenómeno.
Índice de empoderamiento político de las mujeres, 2023
Fuente de datos: V-Dem (2024), vía Our World in Data. Se considera países desarrollados a los definidos como de “ingreso alto” según el Banco Mundial.
En muchas dimensiones del desarrollo, Argentina ha mostrado progreso a lo largo del tiempo. Sin embargo, hay algunas muy importantes en donde hemos retrocedido a lo largo de las últimas décadas.
Argentina progresó considerablemente en el acceso a la educación, salud, calidad democrática e igualdad de género
Entre la década de 1870 y la actualidad, la esperanza de vida al nacer subió más de 40 años y el porcentaje de niños que moría antes de llegar a los 5 años pasó del 24% al 0,7%. Producto de la difusión de la educación, los años de escolarización de la población de 15 años y más pasaron de apenas 1,5 a 11,1 y se alcanzó casi un 100% de alfabetismo en la población. La calidad democrática mejoró, principalmente tras la recuperación de la democracia en 1983. Y también hubo importantes progresos en igualdad de género.
Indicadores resumen de acceso a salud, educación, calidad democrática e igualdad de género
Fuente de datos: Our World in Data y Prados de la Escosura (2021).
El poder adquisitivo de la población argentina es hoy menor que el de varios momentos del pasado
Si bien nuestro país experimentó importantes avances, en las últimas décadas también retrocedió en algunas variables importantes. El ejemplo más claro es el del poder adquisitivo de los salarios y la pobreza medida por ingresos.
En los últimos cincuenta años, el poder adquisitivo de los salarios ha sido muy volátil. Como resultado, Argentina no ha podido consolidar un sendero de aumento del poder adquisitivo.
Salario mensual promedio (en pesos constantes de julio de 2024), 1935-2022
La incapacidad de Argentina para mejorar los salarios se refleja en la evolución de la pobreza por ingresos, que fue creciente desde los años ‘70
Si bien las metodologías han ido cambiando con el tiempo y no son directamente comparables, sí se puede afirmar que la pobreza monetaria fue altamente volátil, pero con una tendencia alcista desde los años ‘70. Las mejoras, como las de principios de los ‘90 o entre 2003-2011, no lograron sostenerse en el tiempo. De este modo, según la metodología de pobreza actual, la tasa de pobreza monetaria, hoy superior al 50%, es notoriamente más alta que hace 30 años, cuando rozó el 25%.
Porcentaje de personas pobres por ingresos en Argentina (metodología tradicional y actual, serie empalmada), 1974-2023
Fuente de datos: CEDLAS (2023), INDEC y Logares (2008).
Desde los años ‘70, el PIB per cápita creció muy poco y desde 2011 incluso se contrajo
Uno de los factores detrás del pobre desempeño argentino desde los ‘70 en materia de poder adquisitivo y pobreza monetaria es que la economía creció muy poco. Entre 1974 y 2022, el PIB per cápita de Argentina subió un 38%, lo que equivale a apenas un 0,7% anual. Comparado contra nosotros mismos, esto es la mitad de la media del período 1820-1974 (1,4%). Hubo dos etapas realmente muy negativas: 1975-1990 y la que venimos atravesando desde 2011, a partir de cuando el ingreso per cápita se contrajo considerablemente (-9%).
PIB per cápita de Argentina (en dólares ajustados por paridad de poder adquisitivo), 1820-2022
Fuente de datos: Maddison Project Database. Los datos están en dólares a paridad de poder adquisitivo de 2011.
A lo largo del tiempo Argentina se ha ido quedando atrás respecto a otros países en la gran mayoría de las métricas de desarrollo.
Veamos algunos ejemplos.
Con el correr de las décadas, Argentina fue cayendo en el ranking de PIB per cápita
En las últimas décadas, y fruto de la alta volatilidad macroeconómica descripta, el crecimiento del PIB per cápita de Argentina fue inferior al de gran parte de los países. De este modo, Argentina fue sobrepasada por otras naciones, y perdió sostenidamente posiciones en el ranking del PIB per cápita.
Argentina llegó a estar dentro de los 10 países con mayor PIB per cápita del mundo durante casi todo el período que va de 1890 a 1929. Para 2020, habíamos bajado al puesto 41.
Ranking mundial de PIB per cápita, Argentina y otros países seleccionados, 1870-2020
Fuente de datos: Prados de la Escosura (2021). Los datos de PIB per cápita están en dólares a paridad de poder adquisitivo de 1990.
Argentina también fue perdiendo posiciones en el ranking de los países con mayor esperanza de vida
Si bien en Argentina la esperanza de vida creció a lo largo de los años como resultado de los avances en medicina y la difusión de las infraestructuras de salud, dicha mejora fue más lenta en nuestro país que en otras naciones. Es por ello que, sobre 115 países con información disponible en el largo plazo, Argentina pasó del puesto 18 en esperanza de vida en 1913 al 42 en 2020. Buena parte de ese retroceso relativo se produjo entre 1950-1965 y 2005-2015.
Ranking mundial de esperanza de vida, Argentina y otros países seleccionados, 1870-2020
Si bien el acceso a la educación avanzó notoriamente en Argentina, los progresos fueron menos marcados que en otros países
Los años de escolarización de la población argentina de 15 años y más pasaron de 1,5 años a 11,1 entre 1870 y 2020. Sin embargo, particularmente en las últimas décadas, otros países progresaron más rápido. Por ejemplo, el nivel educativo de Japón superó al de Argentina hacia 1900, el de Rusia hacia 1950, el de Taiwán hacia 1990 y el de Emiratos Árabes Unidos en la última década. Producto de ello, Argentina cayó del puesto 21 en 1870 al 36 en la actualidad. El grueso de ese retroceso relativo se produjo en el último cuarto del siglo XX.
Ranking mundial de países con más años de escolarización, Argentina y otros países seleccionados, 1870-2020
Fuente de datos: Prados de la Escosura (2021). Los años de escolarización corresponden a la población de 15 años y más.
No es cierto que estemos peor que nunca, de hecho en muchas métricas importantes de desarrollo -no todas- estamos mejor que en cualquier otro momento de nuestra historia.
El progreso de Argentina en las últimas décadas ha sido menor al de la gran mayoría del mundo en los principales indicadores de desarrollo.
Hay muchas cosas sobre las cuales es posible construir para adelante. Y hay otras en donde debemos enderezar el rumbo para volver a encontrar nuestro norte.
Transformar la realidad argentina, solucionar sus problemas y dejar de ser el país del electrocardiograma permanente requiere muchas cosas: decisión política, acuerdos, debates constructivos, visión a largo plazo y políticas públicas, que consoliden y perfeccionen lo que sabemos que más o menos funciona y que corrijan de raíz lo que no camina.
Para todo esto hay un requisito fundamental: datos certeros para entender dónde estamos parados. Para eso construimos Argendata.
Notas
Los datos de crecimiento del período 1974-2022 son ligeramente distintos que los descriptos en el tópico de Crecimiento, lo que se debe a razones metodológicas. La serie de Maddison Project Database, que se utiliza para períodos de muy largo plazo, arroja valores levemente distintos que los que utiliza Banco Mundial (con información desde 1960, y que son los que hemos usado en el tópico de Crecimiento para analizar el período abierto desde mediados de los ‘70). La razón de la discrepancia tiene que ver con que el Banco Mundial toma datos “puros” de crecimiento del PIB per cápita, mientras que la serie de Maddison Project Database combina tasas de crecimiento y cambios en la estructura de precios de la economía (en lo que se conoce como método de los múltiples benchmarks de las paridades de poder adquisitivo). Si bien los datos del Banco Mundial son más precisos para medir el crecimiento, el problema es que la serie arranca recién en 1960.
Los datos de esperanza de vida, mortalidad infantil, alfabetismo, índice de democracia liberal e índice de empoderamiento político de las mujeres fueron tomados de Our World in Data. En tanto, el de años de escolarización fue tomado de Prados de la Escosura (2021).