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El trilema energético

Cuando los países definen su política energética, buscan un equilibrio entre tres objetivos: la protección ambiental, la accesibilidad económica y la seguridad en el abastecimiento en términos técnicos como geopolíticos (por ejemplo, diversificando las fuentes de energía y minimizando las importaciones provenientes de países potencialmente conflictivos). Esta tríada de objetivos se conoce como el “trilema energético”. A partir de este concepto, el World Energy Council construyó el Índice del Trilema Energético Global para hacer una evaluación integral y comparable del desempeño de cada país. Este índice está compuesto de 32 indicadores variados, cada uno con una ponderación distinta, por lo que los resultados deben interpretarse con cautela.

¿Qué es el trilema energético?

Cuando los países definen su política energética, buscan un equilibrio entre tres objetivos: la protección ambiental, la accesibilidad económica y la seguridad en el abastecimiento en términos técnicos como geopolíticos (por ejemplo, diversificando las fuentes de energía y minimizando las importaciones provenientes de países potencialmente conflictivos). Esta tríada de objetivos se conoce como el “trilema energético”. A partir de este concepto, el World Energy Council construyó el Índice del Trilema Energético Global para hacer una evaluación integral y comparable del desempeño de cada país. Este índice está compuesto de 32 indicadores variados, cada uno con una ponderación distinta, por lo que los resultados deben interpretarse con cautela.

Trilema energético

Fuente de datos: World Energy Council.

Argentina está relativamente bien posicionada en el Índice del Trilema Energético

En 2023, Argentina se ubicó en el puesto 32 sobre 99 países en esta métrica, con un puntaje de 70 sobre 100. A nivel regional, está en el tercer puesto, por detrás de Uruguay y ligeramente por debajo de Chile. Argentina puntúa relativamente alto en acceso a la energía, debido a que la cobertura eléctrica alcanza a casi toda la población y a que los precios de la electricidad y los combustibles fueron baratos en ese año. En contraste, pierde algunas posiciones cuando se trata de la seguridad energética y de la sostenibilidad ambiental. En el primer caso, si bien Argentina es mayormente autosuficiente en energía, no está tan bien posicionada en diversificación de las fuentes de generación de electricidad ni en almacenamiento de energía. Respecto a la sostenibilidad ambiental, la proporción de energías limpias en su matriz energética es más baja que la media de la región. No obstante, la irrelevancia del carbón y la predominancia del gas en la matriz energética contribuyen a evitar una caída significativa en esta dimensión.

A nivel global, Dinamarca y Suecia lideran el Índice del Trilema Energético, con un puntaje de 83 sobre 100. Ambos países han logrado una alta accesibilidad de la energía en su población, una matriz energética relativamente limpia y una considerable seguridad en el abastecimiento. Esto último se explica porque dependen poco de las importaciones, a la vez que tienen una elevada diversificación de fuentes para generar electricidad y una alta capacidad de almacenamiento de energía.

En contraste, países del África Subsahariana como Níger son los que están últimos en el ranking. En este caso, el acceso a la energía es todavía muy bajo, la diversidad de fuentes es muy acotada (principalmente petróleo y carbón) y el porcentaje de la matriz eléctrica en base a fuentes bajas en carbono es mínimo.

¿Qué es el cuatrilema energético?

Algunos autores amplían el concepto de “trilema” energético a “cuatrilema” incorporando un cuarto factor: las capacidades tecnológicas locales necesarias para el desarrollo energético. En países como Argentina este punto es relevante, dado que tiene capacidades industriales y tecnológicas, y hay un interés por utilizarlas y potenciarlas en el marco de la transición, por ejemplo con la producción local de aerogeneradores o con el aumento de los componentes nacionales de un parque solar. Sin embargo, el escalamiento de capacidades industriales vinculadas a las energías renovables es un proceso que requiere un tiempo considerable. Esto ralentiza la transición, entra en conflicto con el objetivo de reducir las emisiones y por lo tanto también con el cumplimiento de los compromisos internacionales. El modo de priorizar estas cuatro dimensiones –protección ambiental, seguridad energética, accesibilidad económica y capacidades tecnológicas– depende de las oportunidades, objetivos y estrategias de cada país.