Periodización de variables poco volátiles
Algunas variables, como la esperanza de vida o el acceso a la educación, registran cambios graduales y tendenciales a lo largo del tiempo. Para su análisis, es común utilizar años redondos (1990, 2000, 2010), que muestran tendencias decenales. Sin embargo, fenómenos contingentes, como eventos bélicos o la pandemia de COVID-19, pueden generar shocks disruptivos que alteren notablemente estas tendencias. En estos casos, es recomendable ajustar los puntos de referencia para el análisis, de modo de reflejar mejor la situación previa y posterior al shock. Por ejemplo, en el caso de la esperanza de vida, es mejor optar por 2019 en vez de 2020 para ajustar el análisis a las distorsiones de la pandemia.
Periodización de variables volátiles
Otras variables, como el crecimiento económico o el desempleo, registran cambios más volátiles y son muy sensibles al comportamiento de los ciclos económicos, según sus fases de crecimiento y recesión. Para analizar estas variables resulta más adecuado comparar fases similares (“picos” o “valles”) de estos ciclos que contraponer fases de auge con momentos de declive. Es por esto que los historiadores económicos a menudo eligen años como 1913, 1929, 1938 o 1973, que marcan picos económicos antes de eventos disruptivos globales (como guerras mundiales, la crisis del treinta o la crisis del petróleo). A nivel local, lo más pertinente es seleccionar periodos que reflejen los ciclos económicos particulares de cada país. Por ejemplo, en Argentina, se estila más comparar 1998 contra 2011 -correspondientes a los picos del régimen de convertibilidad y de la posconvertibilidad, respectivamente- más que otros años.
La periodización en base a criterios históricos
Más allá de la selección de períodos en base al comportamiento de las variables de análisis, también es posible utilizar un criterio histórico para la periodización, a partir de modelos económicos y eventos políticos. Esto resulta interesante tanto para medir variables en ciclos cortos como en tendencias de largo alcance.
A largo plazo, los distintos modelos de inserción internacional y de acumulación adoptados por un país tienen una relevancia fundamental para la periodización en el análisis de series históricas. Estos modelos determinan cómo un país se integra en el mercado mundial y la forma en que distribuye y reinvierte sus excedentes económicos. Los cambios significativos en estos modelos justifican la elección de períodos analíticos específicos más allá de los años redondos o los ciclos económicos. Por ejemplo, para el caso de Argentina el análisis de series de largo plazo suele tomar etapas como 1880-1930 (modelo agroexportador), 1930-1975 (modelo de industrialización por sustitución de importaciones) y desde 1975 en adelante (proceso de globalización).
Este enfoque proporciona una perspectiva más completa sobre los cambios políticos y económicos (y la interacción entre ambos), más allá de las fluctuaciones y tendencias de los ciclos económicos. Por ejemplo, cambios en los modelos de acumulación y de inserción global a menudo coinciden con quiebres políticos importantes, como la interrupción del orden democrático en 1930 o el inicio de la última dictadura militar en 1976 en Argentina.
La elección cuidadosa de los períodos de análisis no solo mejora la precisión de los estudios, sino que también facilita una comprensión más profunda de las dinámicas socioeconómicas y políticas que modelan la historia y el presente de una sociedad.