Industria

La industria manufacturera comprende la transformación física o química de materiales, sustancias o componentes en productos nuevos, que provienen del sector primario o de otras actividades manufactureras. Esta definición incluye desde máquinas y equipos de transporte a alimentos que tienen alguna transformación, pasando por combustibles, medicamentos, acero, aluminio, cemento, prendas de vestir, muebles, papel, electrónicos o equipos médicos, entre muchos otros.

La industria ha tenido un rol fundamental en el desarrollo económico y tecnológico de las grandes potencias. Esta centralidad se debe a la capacidad que tiene el desarrollo industrial para impulsar el crecimiento de largo plazo, generar empleo formal y bien remunerado, mejorar la productividad y la competitividad, promover exportaciones, fomentar la innovación y garantizar la seguridad nacional. En Argentina, la industria manufacturera tiene un peso significativo: representa el 18% del PIB, explica la mitad del gasto empresarial en investigación y desarrollo (I+D) y emplea a 2,5 millones de personas en forma directa, en condiciones de empleo superiores al promedio de la economía. Además, el país muestra un nivel de desarrollo industrial superior al promedio regional.

Sin embargo, la evolución de largo plazo ha sido muy pobre. Desde 1970, Argentina es uno de los países que más se desindustrializó en el mundo, sin poder consolidar una estructura industrial compleja ni alcanzar una balanza comercial superavitaria en manufacturas.

Mensajes clave

Argentina tiene un desarrollo industrial mayor que el de la región, pero menor que el de los países desarrollados y China

Argentina tiene un desarrollo industrial mayor que el de la región, pero menor que el de los países desarrollados y China

En 2023, Argentina registró un PIB industrial por habitante de 2752 dólares, lo cual la ubica en una posición intermedia a nivel global. La brecha con los países más industrializados es clara: Alemania lidera con 10.858 dólares per cápita, cuadruplicando la cifra argentina. Estados Unidos, Francia, España y Australia también superan a Argentina. Todos estos países, han desarrollado estructuras industriales más complejas, con mayor tecnología, productividad y escala.

China tuvo en el mismo año un PIB industrial per cápita de 3361 dólares por habitante, un 22% superior a la Argentina. Su trayectoria industrial resulta paradigmática: en apenas cuatro décadas pasó de producir bienes simples y competir por bajos salarios a dominar buena parte de las tecnologías más avanzadas del mundo.

A nivel regional, Argentina mantiene una posición destacable: su PIB industrial por habitante supera a Chile, Brasil, Colombia y el resto de los países latinoamericanos, con la única excepción de México.

Valor Agregado Bruto industrial per cápita en países seleccionados

VAB industrial per cápita, países seleccionados (en dólares corrientes), 2023
Fuente de datos: National Accounts, Analysis of Main Aggregates, UNSTATS.

Tanto en Argentina como en gran parte del mundo, la industria tiene un rol protagónico en la innovación

En Argentina, el sector privado tiene una baja participación en la inversión en investigación y desarrollo (I+D), comparada con los países desarrollados. 

En ese contexto, la industria manufacturera argentina representa casi el 50% de los gastos que hacen las empresas en I+D. Si bien esta cifra es menor que el promedio mundial (65,3%), muestra que la industria desempeña un rol central a la hora de generar innovaciones que transforman la vida económica y social. 

Más de la mitad de la inversión en I+D industrial de la Argentina es generada por el sector farmacéutico, tanto para ensayos clínicos de tratamientos como para desarrollar productos. Ramas como la química, la siderurgia, la automotriz o la alimenticia también aportan a la I+D industrial argentina, aunque muy por detrás del sector farmacéutico.

Peso de la industria manufacturera en la I+D empresarial

Proporción del gasto en I+D empresarial explicado por la industria manufacturera, países seleccionados (en porcentaje), 2021
Fuente de datos: OCDE.
Nota: los datos están en PPP (en dólares internacionales constantes de 2021).

En los últimos 50 años, Argentina fue uno de los países del mundo que más se desindustrializó

Una métrica que se utiliza para medir la industrialización o desindustrialización de los países es el PIB industrial per cápita. Tomando este indicador, encontramos que, entre 1970 y 2023, en Argentina se redujo 8%. Esto se debe a que si bien la producción industrial creció 73%, la población lo hizo en 91%.

En gran parte del resto del mundo, el PIB industrial per cápita creció desde 1970. Por ejemplo, en Estados Unidos subió 79%, en Brasil 44%, en Francia 70% y en Japón 194%. En países como Corea del Sur y China la suba es más espectacular aún: 5639% y 9438% respectivamente. 

Dentro de los países que cayeron, destacan Venezuela (-97%) y Australia (-18%). En el primer caso, la industria cayó a su mínima expresión luego de la profunda crisis económica de la última década. En el caso de Australia, la merma se debe al abandono del modelo de sustitución de importaciones que imperó en el país durante buena parte del siglo XX y su reemplazo por una economía más centrada en los recursos naturales y los servicios.

Evolución del PIB industrial per cápita por país

Evolución del PIB industrial per cápita, países seleccionados (índice 1970=100), 1970-2023
Fuente de datos: National Accounts, Analysis of Main Aggregates, UNSTATS; Cuentas Nacionales, INDEC; Cuentas Nacionales, Fundación Norte y Sur; World Population Prospects, United Nations; Lattes et al (1975)
Nota: el PIB está calculado a precios constantes de 2015 y luego fue convertido en número índice con base 100 en 1970, utilizando datos de UNSTATS. El PIB industrial de Argentina está calculado a precios constantes de 2004 y luego fue convertido en número índice con base 100 en 1970, utilizando datos de Fundación Norte y Sur e INDEC. Esto se debe a inconsistencias en los datos de UNSTATS para 1995 en Argentina.

Argentina se ha caracterizado por tener déficit comercial en productos industriales

Argentina ha sido históricamente un importador neto de productos industriales. Es decir, casi siempre importó más de lo que exportó, y tuvo déficits comerciales en manufacturas, principalmente aquellas que no son de origen agroindustrial.

Si bien Argentina ha sido históricamente deficitaria en manufacturas, hubo momentos en donde ese déficit se acrecentó: la última dictadura, los años ‘90, y gran parte de las últimas dos décadas. La dinámica del déficit estuvo mayormente determinada por el ritmo de las importaciones industriales que ha estado ligado al ciclo económico local y a las políticas de mayor control o apertura de importaciones. 

En la última dictadura, el crecimiento local fue débil, de modo que primó este último factor. En los años ‘90 se combinaron un fuerte crecimiento con una liberalización comercial pronunciada. Entre 2003 y 2011, el factor dominante fue la velocidad del crecimiento económico, en un contexto de controles incipientes a las importaciones que se consolidarían entre 2011 y 2015. En tanto, en 2016-2017 volvió a destacarse la apertura importadora como principal motor del déficit.

Importaciones y exportaciones de productos industriales

Evolución de las importaciones y las exportaciones industriales en Argentina (en millones de dólares constantes de 2023), 1962-2023
Fuente de datos: Atlas de Complejidad Económica, Growth Lab de la Universidad de Harvard; BACI-CEPII; Gross Domestic Product: Implicit Price Deflator, Federal Reserve Bank of St. Louis.
Nota: 1. Se utilizó el Índice de Precios Implícitos de Estados Unidos para llevar los valores a dólares constantes de 2023. 2. Dentro de las importaciones de productos industriales se contemplan las compras realizadas por el conjunto de la sociedad, como por ejemplo las compras de consumo de individuos o de empresas no industriales al exterior.

La industria no es un sector homogéneo, existen grandes heterogeneidades entre sus ramas

Una forma clara de ver las heterogeneidades al interior de la industria es a partir de los salarios. En promedio, quienes trabajan en la industria ganan más que en otros sectores del ámbito privado: en 2024, los salarios de los trabajadores formales industriales fueron 17% más altos que el promedio de los asalariados formales del sector privado.

Sin embargo, la distancia entre el salario industrial y el promedio del sector privado presenta variaciones significativas entre ramas. Por ejemplo, los salarios en la refinación de petróleo son cuatro veces más altos que en la industria maderera. También tienen sueldos elevados sectores como la industria química, la de metales comunes (como el acero y el aluminio), la automotriz y la tabacalera. En el otro extremo, hay ramas donde los sueldos son más bajos no solo en comparación con la media industrial, sino también con el promedio de la economía. Es el caso de actividades como la producción de madera, la confección de ropa, el calzado y los muebles. 

Los sectores con mejores salarios suelen ser de mayor productividad y tecnología, son intensivos en capital, demandan empleo más calificado, y cuentan con sindicatos más fuertes. Además, suelen estar dominados por empresas grandes, que en general ofrecen mejores condiciones laborales.

Diferencias salariales al interior de la industria

Diferencia de los salarios de las ramas industriales respecto al promedio del sector privado registrado (expresado como porcentaje del promedio del sector privado), 2024
Fuente de datos: OEDE.
Nota: se consideran solo los asalariados registrados del sector privado. No se incluye el ingreso laboral de asalariados no registrados, ni de asalariados registrados del sector público ni de ocupados no asalariados.

Mensajes clave

Argentina tiene un desarrollo industrial mayor que el de la región, pero menor que el de los países desarrollados y China

En 2023, Argentina registró un PIB industrial por habitante de 2752 dólares, lo cual la ubica en una posición intermedia a nivel global. La brecha con los países más industrializados es clara: Alemania lidera con 10.858 dólares per cápita, cuadruplicando la cifra argentina. Estados Unidos, Francia, España y Australia también superan a Argentina. Todos estos países, han desarrollado estructuras industriales más complejas, con mayor tecnología, productividad y escala.

China tuvo en el mismo año un PIB industrial per cápita de 3361 dólares por habitante, un 22% superior a la Argentina. Su trayectoria industrial resulta paradigmática: en apenas cuatro décadas pasó de producir bienes simples y competir por bajos salarios a dominar buena parte de las tecnologías más avanzadas del mundo.

A nivel regional, Argentina mantiene una posición destacable: su PIB industrial por habitante supera a Chile, Brasil, Colombia y el resto de los países latinoamericanos, con la única excepción de México.

Valor Agregado Bruto industrial per cápita en países seleccionados

VAB industrial per cápita, países seleccionados (en dólares corrientes), 2023
Fuente de datos: National Accounts, Analysis of Main Aggregates, UNSTATS.

Tanto en Argentina como en gran parte del mundo, la industria tiene un rol protagónico en la innovación

En Argentina, el sector privado tiene una baja participación en la inversión en investigación y desarrollo (I+D), comparada con los países desarrollados. 

En ese contexto, la industria manufacturera argentina representa casi el 50% de los gastos que hacen las empresas en I+D. Si bien esta cifra es menor que el promedio mundial (65,3%), muestra que la industria desempeña un rol central a la hora de generar innovaciones que transforman la vida económica y social. 

Más de la mitad de la inversión en I+D industrial de la Argentina es generada por el sector farmacéutico, tanto para ensayos clínicos de tratamientos como para desarrollar productos. Ramas como la química, la siderurgia, la automotriz o la alimenticia también aportan a la I+D industrial argentina, aunque muy por detrás del sector farmacéutico.

Peso de la industria manufacturera en la I+D empresarial

Proporción del gasto en I+D empresarial explicado por la industria manufacturera, países seleccionados (en porcentaje), 2021
Fuente de datos: OCDE.
Nota: los datos están en PPP (en dólares internacionales constantes de 2021).

En los últimos 50 años, Argentina fue uno de los países del mundo que más se desindustrializó

Una métrica que se utiliza para medir la industrialización o desindustrialización de los países es el PIB industrial per cápita. Tomando este indicador, encontramos que, entre 1970 y 2023, en Argentina se redujo 8%. Esto se debe a que si bien la producción industrial creció 73%, la población lo hizo en 91%.

En gran parte del resto del mundo, el PIB industrial per cápita creció desde 1970. Por ejemplo, en Estados Unidos subió 79%, en Brasil 44%, en Francia 70% y en Japón 194%. En países como Corea del Sur y China la suba es más espectacular aún: 5639% y 9438% respectivamente. 

Dentro de los países que cayeron, destacan Venezuela (-97%) y Australia (-18%). En el primer caso, la industria cayó a su mínima expresión luego de la profunda crisis económica de la última década. En el caso de Australia, la merma se debe al abandono del modelo de sustitución de importaciones que imperó en el país durante buena parte del siglo XX y su reemplazo por una economía más centrada en los recursos naturales y los servicios.

Evolución del PIB industrial per cápita por país

Evolución del PIB industrial per cápita, países seleccionados (índice 1970=100), 1970-2023
Fuente de datos: National Accounts, Analysis of Main Aggregates, UNSTATS; Cuentas Nacionales, INDEC; Cuentas Nacionales, Fundación Norte y Sur; World Population Prospects, United Nations; Lattes et al (1975)
Nota: el PIB está calculado a precios constantes de 2015 y luego fue convertido en número índice con base 100 en 1970, utilizando datos de UNSTATS. El PIB industrial de Argentina está calculado a precios constantes de 2004 y luego fue convertido en número índice con base 100 en 1970, utilizando datos de Fundación Norte y Sur e INDEC. Esto se debe a inconsistencias en los datos de UNSTATS para 1995 en Argentina.

Argentina se ha caracterizado por tener déficit comercial en productos industriales

Argentina ha sido históricamente un importador neto de productos industriales. Es decir, casi siempre importó más de lo que exportó, y tuvo déficits comerciales en manufacturas, principalmente aquellas que no son de origen agroindustrial.

Si bien Argentina ha sido históricamente deficitaria en manufacturas, hubo momentos en donde ese déficit se acrecentó: la última dictadura, los años ‘90, y gran parte de las últimas dos décadas. La dinámica del déficit estuvo mayormente determinada por el ritmo de las importaciones industriales que ha estado ligado al ciclo económico local y a las políticas de mayor control o apertura de importaciones. 

En la última dictadura, el crecimiento local fue débil, de modo que primó este último factor. En los años ‘90 se combinaron un fuerte crecimiento con una liberalización comercial pronunciada. Entre 2003 y 2011, el factor dominante fue la velocidad del crecimiento económico, en un contexto de controles incipientes a las importaciones que se consolidarían entre 2011 y 2015. En tanto, en 2016-2017 volvió a destacarse la apertura importadora como principal motor del déficit.

Importaciones y exportaciones de productos industriales

Evolución de las importaciones y las exportaciones industriales en Argentina (en millones de dólares constantes de 2023), 1962-2023
Fuente de datos: Atlas de Complejidad Económica, Growth Lab de la Universidad de Harvard; BACI-CEPII; Gross Domestic Product: Implicit Price Deflator, Federal Reserve Bank of St. Louis.
Nota: 1. Se utilizó el Índice de Precios Implícitos de Estados Unidos para llevar los valores a dólares constantes de 2023. 2. Dentro de las importaciones de productos industriales se contemplan las compras realizadas por el conjunto de la sociedad, como por ejemplo las compras de consumo de individuos o de empresas no industriales al exterior.

La industria no es un sector homogéneo, existen grandes heterogeneidades entre sus ramas

Una forma clara de ver las heterogeneidades al interior de la industria es a partir de los salarios. En promedio, quienes trabajan en la industria ganan más que en otros sectores del ámbito privado: en 2024, los salarios de los trabajadores formales industriales fueron 17% más altos que el promedio de los asalariados formales del sector privado.

Sin embargo, la distancia entre el salario industrial y el promedio del sector privado presenta variaciones significativas entre ramas. Por ejemplo, los salarios en la refinación de petróleo son cuatro veces más altos que en la industria maderera. También tienen sueldos elevados sectores como la industria química, la de metales comunes (como el acero y el aluminio), la automotriz y la tabacalera. En el otro extremo, hay ramas donde los sueldos son más bajos no solo en comparación con la media industrial, sino también con el promedio de la economía. Es el caso de actividades como la producción de madera, la confección de ropa, el calzado y los muebles. 

Los sectores con mejores salarios suelen ser de mayor productividad y tecnología, son intensivos en capital, demandan empleo más calificado, y cuentan con sindicatos más fuertes. Además, suelen estar dominados por empresas grandes, que en general ofrecen mejores condiciones laborales.

Diferencias salariales al interior de la industria

Diferencia de los salarios de las ramas industriales respecto al promedio del sector privado registrado (expresado como porcentaje del promedio del sector privado), 2024
Fuente de datos: OEDE.
Nota: se consideran solo los asalariados registrados del sector privado. No se incluye el ingreso laboral de asalariados no registrados, ni de asalariados registrados del sector público ni de ocupados no asalariados.

La industria en la Argentina de hoy

Argentina se caracteriza por una estructura industrial más desarrollada que la media latinoamericana, aunque lejos del tamaño y la complejidad alcanzados por los países desarrollados. A su vez, la industria supera a la mayoría de los sectores en métricas como productividad, calidad del empleo y salarios. Sin embargo, el país no ha logrado exportar más productos industriales de los que importa, lo que evidencia dificultades persistentes para construir ventajas competitivas en buena parte de su entramado industrial, especialmente en las manufacturas no vinculadas al agro.

¿Qué tan importante es la industria en Argentina? ¿Cómo se posiciona frente a otros sectores y países?

Argentina tiene un desarrollo industrial mayor que el de la región, pero menor que el de los países desarrollados y China

Valor Agregado Bruto industrial per cápita en países seleccionados

VAB industrial per cápita, países seleccionados (en dólares corrientes), 2023
Fuente de datos: National Accounts, Analysis of Main Aggregates, UNSTATS.

En 2023, Argentina registró un PIB industrial por habitante de 2752 dólares, lo cual la ubica en una posición intermedia a nivel global. La brecha con los países más industrializados es clara: Alemania lidera con 10.858 dólares per cápita, cuadruplicando la cifra argentina. Estados Unidos, Francia, España y Australia también superan a Argentina. Todos estos países, han desarrollado estructuras industriales más complejas, con mayor tecnología, productividad y escala.

China tuvo en el mismo año un PIB industrial per cápita de 3361 dólares por habitante, un 22% superior al de Argentina. Su trayectoria industrial resulta paradigmática: en apenas cuatro décadas pasó de producir bienes simples y competir por bajos salarios a dominar buena parte de las tecnologías más avanzadas del mundo.

A nivel regional, Argentina mantiene una posición destacable: su PIB industrial por habitante supera a Chile, Brasil, Colombia y el resto de los países latinoamericanos, con la única excepción de México.

En Argentina, la industria representa el 19% del PIB y el 11% del empleo 

Peso de la industria y de los demás sectores de la economía en el empleo y el producto

Participación de los puestos de trabajo y del valor agregado en el total de la economía, por sector (en porcentaje), 2024
Fuente de datos: Fichas Sectoriales CEPXXI e INDEC.

La industria argentina aporta más al PIB que al empleo: representa el 18,1% del valor agregado de la economía y genera el 10,9% de los puestos de trabajo (2,5 millones de puestos). Esta diferencia da cuenta de la alta productividad sectorial: cada trabajador industrial produce, en promedio, más que en otros sectores. Sobre 14 sectores, la industria es cuarto con mayor productividad por persona ocupada, solo por detrás de la minería, el petróleo, las finanzas y la electricidad, gas y agua.

Además, este atributo da cuenta del carácter capital-intensivo de la actividad industrial. El sector manufacturero requiere mayor inversión en maquinaria, tecnología e infraestructura, lo que explica su capacidad de generar más valor con menos trabajadores.

La provincia de Buenos Aires representa la mitad de la industria del país

PIB Industrial por provincia

Distribución del PIB industrial por provincia (en porcentaje), 2023
Fuente de datos: Desagregación provincial del valor agregado bruto de la Argentina, base 2004, CEPAL; Ministerio de Economía.
Nota: la participación se calculó tomando el PIB (o valor agregado bruto) a precios básicos constantes de 2004.

La provincia de Buenos Aires constituye el principal polo manufacturero del país y concentra el 49% del PIB industrial argentino. En conjunto con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (12%), Santa Fe (10%) y Córdoba (8%), dan cuenta del 80% de toda la producción industrial nacional. Esta alta concentración responde a una combinación de factores históricos, económicos y logísticos: cercanía al puerto, infraestructura desarrollada, alta densidad poblacional y abundancia de proveedores, servicios y mercados consumidores.

Este desarrollo industrial territorialmente concentrado se remonta a la industrialización por sustitución de importaciones, que tomó impulso a mediados del siglo XX. Ese modelo, centrado en abastecer el mercado interno, incentivaba a las empresas a instalarse cerca de los principales centros urbanos, donde estaba la demanda. Así, se reforzó la distribución poblacional heredada del modelo agroexportador.

Con el tiempo, esta concentración se fue reforzando cada vez más. Los polos industriales atrajeron más trabajadores, lo que dinamizó aún más sus economías y consolidó los grandes aglomerados urbanos. En consecuencia, la ubicación de buena parte de las industrias actuales responde más a trayectorias históricas que a decisiones recientes.

La industria tiene peso especialmente en las economías de San Luis y Buenos Aires, y un rol muy acotado en Santa Cruz y Neuquén

Peso de la industria por provincia

Participación de la industria en el PIB de las provincias (en porcentaje), 2023
Fuente de datos: Desagregación provincial del valor agregado bruto de la Argentina, base 2004, CEPAL; Ministerio de Economía.
Nota: la participación se calculó tomando el PIB (o valor agregado bruto) a precios básicos constantes de 2004.

La importancia de la industria en la economía de las provincias registra diferencias significativas. En San Luis y Buenos Aires, ocupa un lugar central: representa el 37% y el 30% del producto provincial, respectivamente. En Buenos Aires, esto se explica por su papel como núcleo histórico de la industria nacional, con una infraestructura manufacturera extensa. En cambio, el caso de San Luis responde a políticas provinciales activas de promoción industrial aplicadas durante las últimas décadas del siglo XX.

Otras provincias también registran altos niveles de participación de la industria en sus economías, entre las que destacan: Tierra del Fuego (27,7%), Santa Fe (26,3%) y Mendoza (22,7%). En Tierra del Fuego, el régimen de promoción industrial instaurado en los años ‘70 fue clave para el desarrollo de la industria local —principalmente la electrónica—. Mientras que Santa Fe y Mendoza combinan agroindustrias potentes —Santa Fe es el principal polo aceitero del país y Mendoza la mayor productora de vino— con una importante industria metalmecánica.

En el extremo de menor participación de la industria en la economía provincial se ubican Santa Cruz (2,7%) y Neuquén (4,7%), economías muy orientadas a la extracción de recursos naturales —petróleo y minería en Santa Cruz, hidrocarburos en Neuquén— que, hasta ahora, no lograron desarrollar sectores manufactureros fuertes.

Esta gran brecha entre jurisdicciones pone en evidencia las dificultades que enfrentan muchas provincias para transformar sus recursos naturales en productos de mayor valor y generar proveedores industriales. Un condicionante clave es la falta de infraestructura: dada la extensión del país, los costos logísticos siguen siendo una barrera para el desarrollo industrial en muchas regiones.

La industria no es un sector homogéneo, existen grandes heterogeneidades entre sus ramas 

Diferencias salariales al interior de la industria

Diferencia de los salarios de las ramas industriales respecto al promedio del sector privado registrado (expresado como porcentaje del promedio del sector privado), 2024
Fuente de datos: OEDE.
Nota: se consideran solo los asalariados registrados del sector privado. No se incluye el ingreso laboral de asalariados no registrados, ni de asalariados registrados del sector público ni de ocupados no asalariados.

Una forma clara de ver las heterogeneidades al interior de la industria es a partir de los salarios. En promedio, quienes trabajan en la industria ganan más que en otros sectores del ámbito privado: en 2024, los salarios de los trabajadores formales industriales fueron 17% más altos que el promedio de los asalariados formales del sector privado.

Sin embargo, la distancia entre el salario industrial y el promedio del sector privado presenta variaciones significativas entre ramas. Por ejemplo, los salarios en la refinación de petróleo son cuatro veces más altos que en la industria maderera. También tienen sueldos elevados sectores como la industria química, la de metales comunes (como el acero y el aluminio), la automotriz y la tabacalera. En el otro extremo, hay ramas donde los sueldos son más bajos no solo en comparación con la media industrial, sino también con el promedio de la economía. Es el caso de actividades como la producción de madera, la confección de ropa, el calzado y los muebles.

Los sectores con mejores salarios suelen ser de mayor productividad y tecnología, son intensivos en capital, demandan empleo más calificado, y cuentan con sindicatos más fuertes. Además, suelen estar dominados por empresas grandes, que en general ofrecen mejores condiciones laborales

Tanto en Argentina como en gran parte del mundo, la industria tiene un rol protagónico en la innovación 

Peso de la industria manufacturera en la I+D empresarial

Proporción del gasto en I+D empresarial explicado por la industria manufacturera, países seleccionados (en porcentaje), 2021
Fuente de datos: OCDE.
Nota: los datos están en PPP (en dólares internacionales constantes de 2021).

En Argentina, el sector privado tiene una baja participación en la inversión en investigación y desarrollo (I+D), comparada con los países desarrollados. 

En ese contexto, la industria manufacturera argentina representa el 49,7% de los gastos que hacen las empresas en investigación y desarrollo (I+D). Si bien esta cifra es menor que el promedio mundial (65,3%), muestra que la industria desempeña un rol central a la hora de generar innovaciones que transforman la vida económica y social. 

Más de la mitad de la inversión en I+D industrial de la Argentina es generada por el sector farmacéutico, tanto para ensayos clínicos de tratamientos como para desarrollar productos. Ramas como la química, la siderurgia, la automotriz o la alimenticia también aportan a la I+D industrial argentina, aunque muy por detrás del sector farmacéutico.

Las manufacturas representan más del 40% de las exportaciones argentinas de bienes 

Composición de las exportaciones argentinas de bienes

Participación de las exportaciones según su intensidad tecnológica (en porcentaje), 2023
Fuente de datos: Atlas de Complejidad Económica, Growth Lab de la Universidad de Harvard; BACI-CEPII.

Existen distintas formas de estimar el peso de la industria en el comercio exterior, según cómo se definan los productos manufacturados. 

Bajo la clasificación elaborada por Lall (2000), el 44% de las exportaciones argentinas corresponde a manufacturas y el 56% a productos primarios. Dentro de las manufacturas, predominan las basadas en recursos naturales (20,6%), vinculadas principalmente a la agroindustria, y las de media tecnología (19,2%), concentradas en el complejo automotriz, químico y metalmecánico. Las manufacturas de baja tecnología (como textiles, calzado) y de alta tecnología (como electrónicos o medicamentos) tienen un peso reducido, inferior al 5% del total sumadas.

Cabe remarcar que el INDEC tiene su propia clasificación de mercancías, que los divide en cuatro grupos: productos primarios, manufacturas de origen agropecuario (MOA), manufacturas de origen industrial (MOI) y combustibles y energía. 

De acuerdo a esta clasificación, en 2024 las MOA y las MOI representaron en 2024 el 65% de las exportaciones de bienes. Esto se debe mayormente a que hay productos (como pellets de soja) que INDEC clasifica como manufacturas que Lall los cataloga como productos primarios.

En lo que sigue, utilizaremos la clasificación de Lall, dado que nos permite una mejor comparación con otros países y una cobertura temporal más larga.

Los productos industriales representan el 81% de las importaciones de bienes de de Argentina 

Composición de las importaciones argentinas de bienes

Participación de las importaciones según su intensidad tecnológica (en porcentaje), 2023
Fuente de datos: Atlas de Complejidad Económica, Growth Lab de la Universidad de Harvard; BACI-CEPII.
Nota: se utilizó la clasificación de Lall para identificar el nivel de intensidad tecnológica a nivel de producto exportado.

En Argentina, los productos manufacturados representan el 81% de las importaciones de bienes; y los productos primarios, apenas el 19%. A su vez, la mayoría de las importaciones corresponden a manufacturas no intensivas en recursos naturales (de baja, media y alta tecnología), que dan cuenta del 66% del total . Esta situación contrasta con la estructura de las exportaciones, donde las manufacturas basadas en recursos naturales tienen un rol destacado. Históricamente, Argentina ha tenido ventajas comparativas en el sector primario y sus derivados antes que en el resto de las manufacturas, en donde le ha costado más ser competitiva.

Dentro de las importaciones de productos industriales, lo que más se destacan son los de media tecnología (41%) y de alta tecnología (15%). En estos grupos se contabilizan maquinarias, equipos de transporte, productos químicos y farmacéuticos. En las manufacturas de tecnología baja (10%) destacan bienes como textiles, indumentaria y calzado. Cabe señalar que dentro de estas importaciones se contemplan las compras realizadas por el conjunto de la sociedad, como por ejemplo las compras de consumo de individuos o de empresas no industriales al exterior.

Argentina se destaca por un alto peso de la industria alimenticia en el PIB industrial 

Valor Agregado Bruto por rama industrial

Distribución del VAB industrial por rama, países seleccionados (en porcentaje), 2022
Fuente de datos: Trade in Value Added, OCDE.
Nota: en rojos están las ramas habitualmente consideradas de baja tecnología, mientras que en azules las de media y alta tecnología.

En 2022, la industria de alimentos, bebidas y tabaco representó el 29% de la producción industrial de Argentina. Esta representa una proporción superior a la de otros países como México (24%), Australia (22%), Brasil (17%), China (11%), Estados Unidos (10%) y Alemania (7%). Esto refleja la fuerte especialización argentina en agroindustria.

En contraste, las economías desarrolladas tienen estructuras industriales más diversificadas y con mayor peso de sectores tecnológicamente avanzados, como la industria química, electrónica, automotriz y de maquinaria. Esa especialización se ve claramente en Alemania, los equipos de transporte representan el 23% de la producción industrial, tres veces más que en Argentina. Las maquinarias y equipos suman otro 14%, casi del triple que en nuestro país. En Estados Unidos y China, la electrónica explica cerca del 15% de su producción industrial, casi seis veces más que en Argentina.

En general, los países con un fuerte desarrollo en industrias de alta tecnología presentan mayores niveles de innovación que aquellos enfocados en manufacturas más tradicionales o en actividades primarias. Esto ayuda a entender por qué los países que más invierten en I+D en relación con su PIB (como Israel, Corea del Sur, Estados Unidos, Bélgica o Suecia) tienen también una estructura industrial centrada en ramas de alta tecnología.

Evolución de la industria en Argentina

Desde principios del siglo XX, la industria argentina atravesó distintas etapas, caracterizadas por diferencias importantes en el ritmo de crecimiento industrial y en la relevancia relativa de las distintas ramas industriales en la economía en general y en la industria en particular. ¿Cómo evolucionó la industria argentina en el largo plazo?

Argentina se industrializó de manera sostenida hasta mediados de los años ’70, cuando inició un proceso de desindustrialización que se profundizó en distintos momentos

Evolución del PIB Industrial per cápita

Evolución del PIB industrial per cápita (precios constantes, año base 1970=100), 1900-2024
Fuente de datos: Cuentas Nacionales, INDEC; Cuentas Nacionales, Fundación Norte y Sur; Maddison Project Database, Groningen Growth and Development Centre, University of Groningen; World Population Prospects, United Nations; Lattes et al (1975).

Durante la etapa agroexportadora (1880-1930), la industria comenzó a desarrollarse a partir de la transformación de materias primas —como alimentos preparados— y del abastecimiento a un mercado interno en expansión, impulsado por el crecimiento urbano. 

Tras la crisis de 1930, la economía se reorientó hacia el mercado interno, y se dio inicio a la llamada “industrialización por sustitución de importaciones” (ISI), que se extendió hasta mediados de los años ‘70. En particular, a partir de 1945, la industria pasó a ocupar un lugar estratégico en la agenda del desarrollo, promovida mediante políticas activas: protección frente a la competencia externa, incentivos fiscales y facilidades crediticias. Como resultado, para 1975 el PIB industrial per cápita era seis veces mayor al de 1900 y más del doble que en 1945.

Sin embargo, desde mediados de los ‘70, Argentina atravesó un proceso de desindustrialización. Las caídas más fuertes se dieron entre 1974-1990, 1998-2002 y 2011-2020. Las recuperaciones consecutivas a las crisis no lograron revertir el deterioro de largo plazo. Así, en 2024, el PIB industrial per cápita fue 28% inferior al pico histórico de 1974 y 26% menor que el del mejor año del siglo XXI, 2011.

Esta trayectoria industrial contrasta con la de varias economías emergentes (como las del este asiático y europeo) que, en el mismo período, expandieron notablemente su sector manufacturero. Las causas del retroceso industrial argentino son múltiples, tanto internas como externas. Entre los factores internos se destacan la elevada volatilidad macroeconómica —que afecta con especial dureza a la industria, debido a su necesidad constante de inversión— y los vaivenes en la política industrial, que impidieron construir reglas de juego estables. Entre los factores externos, sobresale el auge de las economías asiáticas, que impusieron una presión competitiva creciente no solo sobre la industria argentina, sino también sobre la latinoamericana e incluso la de los países tradicionalmente industrializados (como Estados Unidos y Europa).

La industria viene perdiendo peso en el empleo y en el PIB agregado

Evolución del peso de la industria en el PIB y el empleo

Participación de la industria en el PIB y el empleo total, 1950-2024
Fuente de datos: Cuentas Nacionales. Agregados macroeconómicos (PIB), INDEC; Cuentas Nacionales, Fundación Norte y Sur; Cuenta Generación del Ingreso, INDEC; Groningen Growth and Development Centre y National Accounts, Analysis of Main Aggregates (AMA), UNSTATS.
Nota: la participación de la industria en el PIB es a precios corrientes. Esto significa que el peso en el PIB no solo depende de la tasa de crecimiento de la industria frente a otros sectores, sino también de la evolución de los precios relativos de la industria frente al resto de la economía.

Durante el siglo XX, la industria argentina ganó peso de forma sostenida, alcanzando su mayor relevancia en el empleo y en el PIB durante el tercer cuarto del siglo. Sin embargo, esos picos no ocurrieron al mismo tiempo: la participación de la industria en el empleo creció hasta 1958, cuando llegó al 29%.

Desde entonces, comenzó a caer de manera continua, llegando al 11% hacia el año 2000, un nivel que se mantiene hasta hoy. En cambio, el peso de la industria en el PIB siguió creciendo hasta fines de los años ‘60 y recién comenzó a descender desde mediados de la década siguiente. En 1976, representaba el 33% del PIB, casi el doble que en la actualidad (18%).

Esta diferencia temporal refleja las dos etapas de la industrialización por sustitución de importaciones, iniciada en los años ‘30. Primero, el crecimiento se dio en industrias livianas, que empleaban a mucha gente pero aportaban menos al PIB. Más adelante, el avance fue en industrias más pesadas y sofisticadas, que requieren mucha inversión en maquinaria y generan más valor agregado, pero con menos empleo.

La diferencia en las trayectorias del empleo industrial y la participación en el PIB se explica por dos razones. Primero, la producción industrial es más sensible a los ciclos económicos que el empleo. Segundo, en la Argentina los precios relativos varían mucho: en momentos de apreciación cambiaria y apertura comercial, los precios de los productos industriales suelen crecer menos que el promedio de la economía, y la industria pierde peso en el PIB (medido a precios corrientes, como en el gráfico). En cambio, con devaluaciones o protección frente a las importaciones, los precios de los bienes industriales tienden a subir más y la industria gana participación. 

La estructura de la industria argentina cambió fuertemente en los últimos 100 años 

Distribución del PIB industrial por actividad industrial

Evolución de la composición del PIB industrial por actividad industrial (en porcentaje), 1914-2024
Fuente de datos: Cuentas Nacionales. Agregados macroeconómicos (PIB), INDEC; Kulfas y Salles (2020).
Nota: en rojos están las ramas habitualmente consideradas de baja tecnología, mientras que en azules las de media y alta tecnología.

La industria argentina experimentó una profunda transformación estructural durante el último siglo, con dos etapas claramente marcadas. Entre 1914 y principios de los años ’80, ganaron peso las ramas de mayor intensidad de capital y complejidad tecnológica (en azul en el gráfico). Desde entonces, ese proceso se revirtió parcialmente. Es decir, la industrialización avanzó en paralelo con una sofisticación y diversificación del entramado productivo, mientras que la desindustrialización posterior implicó un mayor retroceso de las ramas más complejas.

En 1914, el 80% del PIB industrial correspondía a ramas tradicionales o de baja complejidad tecnológica. Alimentos, bebidas y tabaco representaban más de la mitad del total, lo que reflejaba una economía fuertemente agroexportadora. Estas ramas perdieron peso sostenido hasta 1984 (cuando llegaron a ser solo el 20% del total), y desde entonces volvieron a recuperar peso: hoy representan cerca de un tercio del PIB industrial. 

Un caso distinto dentro de las ramas tradicionales es el de la industria textil, del cuero y el calzado. Tras ganar peso durante los primeros años de la sustitución de importaciones liviana (1930 a mediados de los ’40), llegaron a ser el 27% del PIB industrial. Posteriormente, fueron perdiendo participación de manera sostenida, hasta alcanzar hoy un mínimo histórico del 4%.

Por su lado, las ramas más intensivas en capital o tecnológicamente más sofisticadas —como maquinaria, vehículos, químicos y metales— crecieron con fuerza durante gran parte del siglo XX, impulsadas por políticas de promoción sectorial. Pasaron de representar el 20% del PIB industrial en 1914 al 61% en 1984. Sin embargo, desde entonces, su participación se redujo hasta el 54% actual.

La pérdida de protagonismo de las ramas más sofisticadas está vinculada al modelo de desarrollo adoptado desde los años ’70. El abandono de la industrialización por sustitución de importaciones (ISI), la apertura comercial y la alta inestabilidad macroeconómica afectaron especialmente a los sectores donde no se habían consolidado ventajas competitivas; con algunas excepciones como el aluminio, ciertos segmentos de la química, la siderurgia y partes de la automotriz. En cambio, la industria alimenticia, históricamente más orientada a la exportación y menos dependiente del mercado interno, logró adaptarse mejor a una economía más abierta.

Durante el último siglo, la industria se fue desplazando de CABA a la provincia de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y algunas provincias que tuvieron regímenes de promoción industrial 

Distribución del PIB industrial por provincia

Evolución de la participación de las provincias en el PIB Industrial (en porcentaje), 1913-2023
Fuente de datos: Salles (2021); Desagregación provincial del valor agregado bruto de la Argentina, base 2004, CEPAL; Ministerio de Economía.
Nota: Hasta 2003 se construyó la serie con precios corrientes, información disponible en los censos económicos utilizados por Salles (2021). Desde 2004, se utiliza una serie con precios constantes de 2004 elaborada por CEPAL-MECON.

La geografía industrial argentina experimentó una profunda reconfiguración durante el último siglo, marcada por el desplazamiento del núcleo productivo desde la Ciudad de Buenos Aires hacia la provincia homónima. En 1913, CABA concentraba el 37% de la industria nacional, mientras que la provincia de Buenos Aires apenas alcanzaba el 24%. Para 2023, esta relación se invirtió completamente: Buenos Aires lidera con el 49% de la producción industrial, mientras que CABA retrocedió al 12%. 

La industrialización por sustitución de importaciones consolidó inicialmente la primacía porteña. Entre 1935 y 1946, CABA alcanzó su máximo histórico con el 47% de la industria, aprovechando las ventajas de concentración urbana, acceso al puerto y disponibilidad de servicios financieros. Sin embargo, desde los años ‘60 comenzó un proceso de desplazamiento de la producción industrial hacia el conurbano bonaerense, buscando espacios más amplios y costos menores. 

Este fenómeno se profundizó en los años ’70, cuando el gobierno de la Ciudad sancionó un nuevo Código de Planeamiento Urbano (1977) que restringió la actividad industrial en la jurisdicción. A la par, el gobierno nacional promovió políticas de promoción industrial orientadas a desconcentrar las áreas fabriles, con el objetivo de reducir la conflictividad social (Kulfas, 2006).

Córdoba emergió como el tercer polo industrial del país durante la segunda mitad del siglo XX. Su participación creció del 3% en 1946 al 8% en 2023, impulsada por el desarrollo del complejo automotriz-metalmecánico y su posición geográfica estratégica. Aprovechando su centralidad en la región pampeana, Santa Fe mantuvo una participación estable en torno al 10-14%, consolidándose como un polo alimenticio y metalmecánico de relevancia.

Las políticas de promoción industrial redibujaron el mapa productivo desde los años ‘70. Las “otras provincias” incrementaron su participación del 8% en 1973 al 16% en 2023, reflejando el impacto de regímenes especiales en jurisdicciones como Tierra del Fuego, San Luis, Catamarca y La Rioja. La promoción industrial fueguina se concentró mayormente en electrónica de consumo, en tanto que Catamarca y La Rioja atrajeron inversiones de ramas como textil-indumentaria y calzado. San Luis, por su parte, es la de mayor diversificación industrial de las cuatro, tras haber radicado ramas como la alimenticia, papel, metalmecánica, química y plásticos.

La relevancia de la industria en las exportaciones argentinas fue creciente entre los ‘60 y los ‘90, pero declinante desde 2011 

Relevancia de las exportaciones industriales en Argentina

Evolución de la participación de las manufacturas en las exportaciones de bienes totales (en porcentaje), 1962-2023
Fuente de datos: Atlas de Complejidad Económica, Growth Lab de la Universidad de Harvard; BACI-CEPII.
Nota: RRNN son recursos naturales.

Hasta los años ‘60 (y con la excepción temporal de la Segunda Guerra Mundial, que generó oportunidades de exportación para la industria argentina), las exportaciones industriales tuvieron un rol marginal en la canasta exportadora argentina, típicamente agrícola. Entre 1962 y 1974 eso empezó a cambiar: las exportaciones industriales pasaron de ser el 18% de las ventas externas de bienes al 43%, con la región como principal destino. Este salto, motorizado por rubros como vehículos, maquinarias y algunos bienes de consumo, se explica por la maduración de capacidades industriales luego de varias décadas de industrialización por sustitución de importaciones y la puesta en marcha de esquemas de promoción de exportaciones (Schteingart, 2016). 

Durante las últimas dos décadas del siglo XX la industria continuó ganando peso en la canasta exportadora. En los años ‘80 maduraron inversiones iniciadas en los ‘70 en ramas como petroquímica y siderurgia. En un contexto recesivo a nivel local, muchos de los excedentes de producción se exportaron. En tanto, los ‘90 coincidieron con la puesta en marcha del MERCOSUR, que contribuyó positivamente a un mayor intercambio regional de manufacturas, destacándose el rubro automotriz. Esta tendencia se sostuvo en los años 2000, de fuerte dinamismo económico de Brasil.

Sin embargo, desde 2011 el peso de las exportaciones industriales en el total cayó del 51% al 44%. En contraste, los productos primarios ganaron participación. Varios factores contribuyeron a este repliegue:

  • América Latina (y, en particular, los países del MERCOSUR) tuvo un pobre dinamismo económico, que debilitó la demanda regional de manufacturas.
  • A nivel global, el auge de Asia en general y China en particular como competidores desplazaron a Argentina (y otros países de la región) del mercado mundial y regional de manufacturas.
  • A nivel local, Argentina tuvo un esquema macroeconómico muy poco favorable a las exportaciones industriales. La alta volatilidad macroeconómica, la fuerte apreciación del tipo de cambio, la existencia de restricciones a la importación de insumos y los controles cambiarios que caracterizaron a gran parte del período impactaron severamente en las exportaciones manufactureras (Schteingart et al., 2024). En contraste, durante estos años la producción y exportaciones agrícolas fueron más estables y comenzó a incrementarse la producción hidrocarburífera -producto del auge de Vaca Muerta-, lo que también empezó a impactar en las exportaciones de petróleo hacia el final del período.

En las últimas décadas, las importaciones de productos industriales han estado fuertemente vinculadas al ciclo económico y a los ciclos de apertura y cierre de la economía 

Relación entre la variación del PIB y de las importaciones industriales

Variación interanual del PIB y de las importaciones industriales de Argentina (en porcentaje), 1962-2023
Fuente de datos: World Development Indicators, Banco Mundial; Atlas de Complejidad Económica, Growth Lab de la Universidad de Harvard; BACI-CEPII.

Las importaciones de productos industriales en Argentina están fuertemente condicionadas por dos factores principales: el ciclo económico y las políticas de comercio exterior, especialmente los controles y aranceles.

Durante los períodos de crecimiento, el aumento de la demanda interna impulsa la actividad de las empresas, que necesitan más insumos y maquinarias para expandir su producción. Dado que la capacidad productiva local es limitada, una parte significativa de esa mayor demanda se cubre mediante importaciones. Como la mayoría de los bienes terminados, insumos y bienes de capital son industriales, el crecimiento económico tiende a traducirse en un aumento de las importaciones manufactureras. En el gráfico se puede ver justamente eso: en general, cuando sube el PIB, suben las importaciones de bienes industriales, y viceversa.

Ahora bien, la relación entre ciclo económico e importaciones industriales puede verse potenciada o contenida según el contexto de políticas comerciales y cambiarias. En escenarios con mayores trabas o restricciones a las importaciones, el crecimiento económico no necesariamente se traduce en un aumento proporcional de las compras externas.

No obstante, muchas veces eso genera cuellos de botella para las empresas, que no logran abastecerse adecuadamente. Un caso típico de esto fue lo ocurrido entre 2011-2015. En cambio, cuando la economía se abre y se reducen las restricciones, el crecimiento dispara más rápidamente las importaciones. Si bien las empresas acceden con mayor facilidad a los insumos necesarios, esto puede generar un incremento en la salida de divisas que, con el tiempo, limita la sostenibilidad del crecimiento. Esto ocurrió en momentos como la última dictadura militar y en los años ‘90. Un ejemplo claro de esto último, que puede verse en el gráfico, es que hay solo dos años en donde el PIB industrial cayó y las importaciones subieron: 1978 y 1990. 

Argentina se ha caracterizado por tener déficit comercial en productos industriales 

Importaciones y exportaciones de productos industriales

Evolución de las importaciones y las exportaciones industriales en Argentina (en millones de dólares constantes de 2023), 1962-2023
Fuente de datos: Atlas de Complejidad Económica, Growth Lab de la Universidad de Harvard; BACI-CEPII; Gross Domestic Product: Implicit Price Deflator, Federal Reserve Bank of St. Louis.
Nota: 1. Se utilizó el Índice de Precios Implícitos de Estados Unidos para llevar los valores a dólares constantes de 2023. 2. Dentro de las importaciones de productos industriales se contemplan las compras realizadas por el conjunto de la sociedad, como por ejemplo las compras de consumo de individuos o de empresas no industriales al exterior.

Argentina ha sido históricamente un importador neto de productos industriales. Es decir, casi siempre importó más de lo que exportó, y tuvo déficits comerciales en manufacturas, principalmente aquellas que no son de origen agroindustrial.

Si bien Argentina ha sido históricamente deficitaria en manufacturas, hubo momentos en donde ese déficit se acrecentó: la última dictadura, los años ‘90, y gran parte de las últimas dos décadas. La dinámica del déficit estuvo mayormente determinada por el ritmo de las importaciones industriales que ha estado ligado al ciclo económico local y a las políticas de mayor control o apertura de importaciones. 

En la última dictadura, el crecimiento local fue débil, de modo que primó este último factor. En los años ‘90 se combinaron un fuerte crecimiento con una liberalización comercial pronunciada. Entre 2003 y 2011, el factor dominante fue la velocidad del crecimiento económico, en un contexto de controles incipientes a las importaciones que se consolidarían entre 2011 y 2015. En tanto, en 2016-2017 volvió a destacarse la apertura importadora como principal motor del déficit.

La industria argentina en perspectiva mundial

Desde la Revolución Industrial de fines del siglo XVIII, la industria ha estado en el centro del desarrollo económico, tecnológico y geopolítico global. Todas las potencias apostaron (y siguen apostando) por la industria, dado que es el sector con mayor capacidad para desarrollar nuevas tecnologías, impulsar el crecimiento económico y construir poder nacional.

En las últimas décadas, el mapa industrial global ha cambiado profundamente: China, que hasta los años ‘70 tenía un rol marginal, pasó a disputar el liderazgo industrial a los países tradicionalmente industrializados.

¿Cómo ha sido el desempeño de la industria argentina en este nuevo contexto industrial global?

Argentina pasó de representar el 1,6% del PIB industrial mundial en 1970 al 0,6% en la actualidad 

Evolución del peso de Argentina en el PIB industrial mundial

Participación del PIB industrial argentino en el PIB industrial mundial (en porcentaje), 1970-2023
Fuente de datos: National Accounts, Analysis of Main Aggregates, UNSTATS.

Argentina pasó de representar el 1,6% del PIB industrial mundial en 1970 al 0,6% en la actualidad, lo que evidencia una pérdida sostenida de participación en la producción manufacturera global. Esta caída se explica por el bajo dinamismo de la producción fabril argentina comparada con el resto del mundo. Mientras que el PIB industrial argentino creció un 73% entre 1970 y 2023, el del mundo lo hizo un 446%. El pobre desempeño argentino también se nota cuando se compara con América Latina, cuyo PIB manufacturero creció 221%. El declive de la participación argentina no fue lineal: hubo períodos de recuperación relativa (1990-1994, 2002-2011), pero ninguno logró revertir la tendencia descendente de largo plazo.

Si bien la pérdida de relevancia en el PIB industrial global fue particularmente aguda en Argentina, en otros países también ocurrió algo similar. Entre 1970 y 2023, la participación en la industria mundial cayó del 43% al 20% en Europa, del 28% al 15% en Estados Unidos, del 10% al 6% en Japón y del 9% al 5% en América Latina. La contracara de este proceso es el ascenso de China, que pasó de representar apenas el 1% del PIB industrial mundial en 1970 al 31% en la actualidad. Desde 2010, China es el principal productor industrial del planeta.

En los últimos 50 años, Argentina fue uno de los países del mundo que más se desindustrializó 

Evolución del PIB industrial per cápita por país

Evolución del PIB industrial per cápita, países seleccionados (índice 1970=100), 1970-2023
Fuente de datos: National Accounts, Analysis of Main Aggregates, UNSTATS; Cuentas Nacionales, INDEC; Cuentas Nacionales, Fundación Norte y Sur; World Population Prospects, United Nations; Lattes et al (1975)
Nota: el PIB está calculado a precios constantes de 2015 y luego fue convertido en número índice con base 100 en 1970, utilizando datos de UNSTATS. El PIB industrial de Argentina está calculado a precios constantes de 2004 y luego fue convertido en número índice con base 100 en 1970, utilizando datos de Fundación Norte y Sur e INDEC. Esto se debe a inconsistencias en los datos de UNSTATS para 1995 en Argentina.

Una métrica que se utiliza para medir la industrialización o desindustrialización de los países es el PIB industrial per cápita. Tomando este indicador, encontramos que, entre 1970 y 2023, en Argentina se redujo 8%. Esto se debe a que si bien la producción industrial creció 73%, la población lo hizo en 91%.

En gran parte del resto del mundo, el PIB industrial per cápita creció desde 1970. Por ejemplo, en Estados Unidos subió 79%, en Brasil 44%, en Francia 70% y en Japón 194%. En países como Corea del Sur y China la suba es más espectacular aún: 5639% y 9438% respectivamente. 

Dentro de los países que cayeron, destacan Venezuela (-97%) y Australia (-18%). En el primer caso, la industria cayó a su mínima expresión luego de la profunda crisis económica de la última década. En el caso de Australia, la merma se debe al abandono del modelo de sustitución de importaciones que imperó en el país durante buena parte del siglo XX y su reemplazo por una economía más centrada en los recursos naturales y los servicios.

Mientras que las industrias de mayor complejidad ganaron peso en los países desarrollados, en Argentina ese proceso no tuvo lugar 

Peso de las industrias de mediana y alta complejidad

Participación de las industrias de mediana y alta complejidad en el PIB industrial, países seleccionados (en porcentaje), 1995-2022
Fuente de datos: Trade in Value Added, OCDE.
Nota: se consideran industrias de media y alta tecnología a la industria química (C20), farmacéutica (C21), plástica (C22), minerales no metálicos (C23), metales básicos (C24), productos electrónicos (C26), equipamiento eléctrico (C27), maquinaria y equipos (C28), vehículos y transportes (C29 y C30) y manufacturas no clasificadas (C31T33).

Argentina mantiene una participación relativamente baja y estancada de sectores industriales de mediana y alta complejidad, como maquinarias y equipos, vehículos, químicos y medicamentos. Estas ramas, que ganaron un peso considerable a lo largo del siglo XX, han mantenido un participación en el PIB industrial en torno al 51%1 desde finales del siglo pasado hasta hoy. 

Este desempeño contrasta con lo observado en las economías más desarrolladas, donde las ramas de mayor sofisticación tecnológica ganaron peso relativo de forma sostenida. En estos países, la participación de las industrias complejas supera en la mayoría de los casos el 65% del valor agregado industrial, con una tendencia creciente en las últimas dos décadas.

Desde los años ‘60 Argentina perdió participación en las exportaciones manufactureras globales 

Peso en las exportaciones manufactureras mundiales

Evolución de la participación en las exportaciones industriales mundiales, países seleccionados (en porcentaje), 1962-2023
Fuente de datos: Atlas de Complejidad Económica, Growth Lab de la Universidad de Harvard; BACI-CEPII.

En 2023, Argentina representó el 0,16% de las exportaciones manufactureras globales, un retroceso significativo respecto de 2011 (0,30%) y del promedio histórico (0,24%).

Esta trayectoria contrasta con la de otros países como Brasil, México y Corea del Sur que a principios de los ‘60 tenían exportaciones industriales similares a las de Argentina y hoy la superan cómodamente. 

El declive argentino en las exportaciones industriales forma parte de una tendencia más amplia de pérdida de relevancia de la Argentina en el comercio mundial. Este proceso también se expresa  —-incluso con mayor profundidad— en los productos primarios. En la década del ’60, Argentina concentraba el 2,7% de las exportaciones mundiales de productos primarios, mientras que en la última década esa participación se redujo al 1%. 

Referencias

Notas

1. Esta cifra es ligeramente inferior a la mencionada en la sección “La estructura de la industria argentina cambió fuertemente en los últimos años” (54%). Esto se debe a diferencias metodológicas entre las fuentes de información.

Bibliografia

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Kulfas, M. y Salles, A. (2020). Evolución histórica de la industria manufacturera argentina. Un análisis a partir de la homogeneización de los censos industriales, 1895-2005. Revista Economía y Desafíos del Desarrollo, Año 3. Volúmen 1. Número 5.

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Schteingart, D. (2016). La restricción externa en el largo plazo: Argentina, 1960-2013. Revista Argentina de Economía Internacional, 5. 

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Cita sugerida

Schteingart, D. y Sidicaro, N. (2025). Industria. Argendata. Fundar.