¿Qué son los servicios basados en conocimiento?
Los servicios basados en el conocimiento (SBC) son aquellos que generan valor comercial principalmente a través de saberes técnicos e intelectuales. Incluyen áreas como la informática, la contabilidad, la arquitectura, la ingeniería, los servicios jurídicos, las consultorías empresariales, la investigación y desarrollo, los servicios audiovisuales, la publicidad y los estudios de mercado.
En contraste, los SBC no abarcan servicios que requieren menos intensidad en conocimientos técnicos especializados, como el comercio, el transporte, la gastronomía, el trabajo doméstico o los servicios personales. Asimismo, excluyen servicios como la salud y la educación, que aunque dependen de conocimientos especializados, se enfocan primordialmente en el bienestar humano y el desarrollo de habilidades, más que en la generación directa de valor comercial. Finalmente, por definición, los SBC no incluyen actividades relacionadas con la fabricación de bienes, tales como el agro, la energía, la minería, la industria o la construcción.
Tendencias generales de los SBC en Argentina
En las últimas dos décadas, los SBC y, dentro de ellos, principalmente el software, han ganado protagonismo en la economía argentina. Esto se refleja en diversos indicadores económicos, tales como ventas, exportaciones, empleo e investigación y desarrollo. Este gran potencial para el dinamismo explica por qué ha sido un sector priorizado por gobiernos de distinto signo político, primero con la Ley de Software de 2004 y luego con la Ley de Economía del Conocimiento de 2019, modificada en 2020.
Los SBC vienen ganando protagonismo en la economía argentina
Si bien no existen datos de cuánto inciden los SBC en el PIB, es posible dimensionar su relevancia económica a partir de su peso relativo en la facturación total de las empresas1. En 2021, los SBC dieron cuenta del 3,2% de las ventas totales de las empresas argentinas, 0,6 puntos porcentuales (p.p.) por encima de 2014. Es decir, se ha expandido más que otros sectores económicos que vieron disminuida su participación en la facturación global de la economía.
El software es uno de los motores más importantes del auge de los SBC
El sector de software y servicios informáticos (SSI)2 viene siendo uno de los principales motores de la creciente participación de los SBC en la economía. Entre 2004 y 2022, su facturación a precios constantes (descontada la inflación) se multiplicó por 2,9 veces. Esto lo ubica, muy por encima de la facturación media de la economía (1,5 veces). De este modo, la incidencia del sector SSI dentro de las ventas totales de la economía pasó del 0,33% en 2004 al 0,65% en la actualidad.
Desde 2004, el software triplicó su peso en el PIB de Argentina
A diferencia del conjunto de los SBC, para el software sí existe información disponible que permite dimensionar su participación en el PIB (en lugar de las ventas) de Argentina. Como se ve en el gráfico, los SSI pasaron de dar cuenta del 0,46% del valor agregado del total de la economía en 2004 al 1,59% en 2020. Esta tendencia va muy en línea con la de las ventas. La suba de la participación de SSI en el valor agregado total es algo que se evidencia en muchos otros lugares del mundo. Su explicación es la sostenida y creciente difusión de tecnologías de la información y la comunicación a nivel social y productivo, que generan demanda de soluciones informáticas.
Desde 2006, las exportaciones de SBC han aumentado su peso sobre el total exportado por Argentina
Entre 2006 y 2022, las exportaciones de SBC crecieron desde 2500 millones de dólares a 8047 millones. Su crecimiento fue de 229% en 16 años, mientras que la economía en su conjunto solo lo hizo en 88% para el mismo período. Este dinamismo impactó en la participación del sector en el total de las exportaciones de servicios, que pasó del 32% al 56%. También aumentaron su participación en el total de las exportaciones –incluyendo bienes y servicios– desde el 5% al 8% actual. De esta manera, el sector de SBC se ubica como el quinto complejo exportador del país, por debajo del oleaginoso, cerealero, petrolero-petroquímico y automotriz, y por encima del bovino y del minero.
Desde la década de 1990, el empleo formal de SBC ha crecido a tasas más rápidas que la media del sector privado
La cantidad de puestos de trabajo asalariados registrados en SBC se ha más que duplicado entre 1996 y 2022. En la actualidad, el sector emplea a más de 340 mil trabajadores formales, mientras que en 1996 empleaba a 140 mil. Este crecimiento ha sido superior al del conjunto del sector privado registrado. Por esta razón, durante el período, la participación del sector en el total del empleo pasó del 4% al 5,2%.
Sin embargo, el crecimiento del empleo en SBC no ha sido continuo a lo largo de los años. Entre 1996 y 2003 la tasa de crecimiento anual fue 3%, para el período comprendido entre 2004 y 2011 fue de 11% y entre 2012 y 2022 del 1%. Es decir, en la última década el empleo formal estuvo prácticamente estancado.
Los SBC han estado históricamente concentrados en CABA, que hoy explica casi el 60% del sector
El sector de SBC es uno de los más concentrados territorialmente dentro de la estructura productiva argentina. Pese a contar con el 7% de la población de Argentina, CABA concentró en 2022 el 58,2% del empleo formal de SBC. Le siguen el conurbano bonaerense (10,5%), el interior de la provincia de Buenos Aires (7,6%), Córdoba (6,6%) y Santa Fe (5,2%).
Los SBC se han concentrado cada vez más en CABA
La concentración de los SBC en CABA se fue incrementando con el correr de los años. Mientras que en 1996 CABA representaba poco más del 40% del empleo sectorial, en la actualidad concentra casi el 60%. Como contrapartida, las provincias más pequeñas han perdido relevancia de forma constante en el mismo período.
Los SBC han incrementado su peso en la I+D empresarial argentina y actualmente dan cuenta de más del 40% del total
El sector de SBC explicó en 2022 el 41,6% de la inversión en investigación y desarrollo (I+D) que realizan las empresas radicadas en Argentina. Esta cifra supera en más de 10 veces su participación relativa en las ventas, lo cual da cuenta de que el sector destina un porcentaje muy alto de sus ganancias a la inversión en I+D. Esta métrica es habitualmente utilizada para medir la intensidad innovadora de los distintos países y sectores productivos. Su alto valor en los SBC permite entender mejor por qué se trata de ramas intensivas en conocimiento.
La participación de los SBC en el total de la inversión en I+D empresaria viene en aumento sostenido. En 2015 era del 28,3%, 13,3 p.p. menos que en 2022. Esta dinámica se explica principalmente por dos subsectores. En primer lugar están los servicios de I+D, que incluyen investigación aplicada como ensayos clínicos e ingeniería, así como también investigación social realizada por empresas. Este subsector dio cuenta de alrededor del 20% del total durante todo el período. Aquí destacan principalmente empresas que realizan ensayos clínicos para el sector farmacéutico. En segundo lugar, están los servicios informáticos y de software, que mostraron una tendencia creciente entre 2015-2020, principalmente de la mano de cuatro empresas líderes. Finalmente, los servicios empresariales –como consultoría, marketing, jurídicos, de contabilidad, entre otros– explicaron un porcentaje menor, pero que se incrementó considerablemente en el período analizado.
El empleo en SBC
Los SBC generan actualmente más de 340 mil empleos asalariados formales en Argentina, dando cuenta del 5,2% del total del sector privado registrado. Dicha cifra registra un aumento sostenido desde la década de 1990. ¿Qué subsectores dentro de los SBC son los más relevantes en materia de empleo y cómo ha variado ello a lo largo del tiempo? ¿Qué características tiene el empleo en los SBC, en materia de salarios, género, nivel educativo y formalidad?
Desde 1996, el software fue la rama más dinámica de toda la economía en materia de empleo
El empleo formal en software se multiplicó por 10 desde 1996, mientras que en el conjunto de la economía casi se duplicó. La informática pasó de contar con 14.000 empleos en 1996 pasó a alrededor de 140.000 en la actualidad. De este modo, hoy tiene más empleo formal que sectores como el automotriz, el petrolero o la industria textil-indumentaria.
Ningún otro sector multiplicó por tanto el empleo formal. Así, el software ha sido la rama de mayor dinamismo de toda la economía. Su peso en el empleo formal privado se quintuplicó: pasó del 0,4% en 1996 al 2,1% en 2022.
Por su parte, el dinamismo de otros servicios SBC como servicios jurídicos y contables fue mucho menor. Incluso perdieron relevancia con respecto al total de la economía, pasando de 2,2% en 1996 a 1,6% en 2022.
El software ha ganado notorio protagonismo dentro del empleo en SBC, a expensas de los servicios profesionales tradicionales
Desde la década de 1990 ha habido grandes cambios en la composición interna del empleo formal en SBC. El notable dinamismo de la rama de software explica por qué pasó de explicar el 10% del empleo en SBC en 1996 al 40% en 2022. En contraste, la relevancia de servicios profesionales tradicionales como los jurídicos y de contabilidad cayó del 56% al 31% desde 1996. Los servicios de arquitectura también perdieron terreno en el total, pasando del 15% al 11%.
Los SBC presentan un reducido nivel de informalidad en el empleo
El sector de SBC presenta una composición de ocupados distinta al resto de la economía. La porción de trabajadores asalariados informales (que no reciben aportes por parte de sus empleadores) sobre el total de ocupados es de 13,9%. Al analizar la economía en su conjunto se ve que este fenómeno alcanza sólo al 25,3% de los ocupados y en el sector privado al 28,0%. A su vez, se trata de un sector con una elevada proporción de trabajadores no asalariados. Este tipo de empleos alcanzan al 44,3% de los ocupados de SBC frente al 27,2% y 33,9% del total de la economía y del sector privado respectivamente.
Sin embargo, existe una marcada heterogeneidad ocupacional entre los rubros del SBC. Mientras que los trabajadores de SSI son mayoritariamente asalariados, el 52,9% de los ocupados en actividades profesionales, científicas y técnicas son no asalariados. El alto peso de los trabajadores no asalariados en los SBC se debe a la elevada importancia de los cuentapropistas profesionales. Ejemplos típicos de esto son un abogado que tiene un estudio jurídico propio o una diseñadora freelance.
A partir de la reconstrucción de la composición ocupacional del sector, podemos estimar el empleo total en SBC, y del subsector del software. En 2022, el sector ocupó 823.000 puestos de trabajo: 344.000 asalariados registrados, 114.000 asalariados no registrados y 365.000 no asalariados. De ellos, las actividades SSI ocuparon a: 142.000 asalariados registrados, 22.000 asalariados no registrados y 45.000 no asalariados. Si se tiene en cuenta que en 2022 el conjunto de la economía generó unos 21.900.000 puestos de trabajo, el sector SBC representa el 7,5% del empleo total y los SSI el 1,9%3.
Los niveles salariales en los SBC han sido históricamente mayores a la media del sector privado y esa brecha se profundizó desde 2017
En todos los años desde 1996, el salario bruto de los trabajadores registrados de SBC se ubicó por encima del salario promedio del sector privado registrado. Entre 1996 y 2016, la diferencia entre ambos se mantuvo relativamente constante y los movimientos salariales –tanto al alza como a la baja– fueron similares. A partir de 2017 esta relación cambió. Mientras que el promedio de la economía vio deteriorado su salario, el sector de SBC siguió aumentando, por lo que la brecha se amplió. Ello se explica en buena medida por los niveles de los salarios de SSI.
De esta manera, si en 1996 la relación entre el salario promedio bruto de los trabajadores registrados de SBC era 5% mayor al promedio del sector privado registrado, para 2022 esta relación se amplió al 40%. Dentro de los SBC, se destacan los salarios en el sector de SSI, que en 2022 fueron 87% mayores al promedio de la economía. Mientras que el salario de los asalariados del sector creció un 26%, el del promedio de la economía cayó un 9%.
El particular comportamiento reciente de los salarios en SSI se debe a dos razones. Por un lado, hubo una fuerte demanda de las grandes empresas del sector. Por el otro, el auge del trabajo remoto limitó la oferta de trabajadores disponibles para las empresas locales. Esto se explica porque muchos de ellos empezaron a trabajar para empresas del exterior.
El nivel educativo de las personas ocupadas en SBC es sustancialmente mayor al promedio de la economía
El sector de SBC está entre los de mayor nivel educativo promedio de toda la economía. Esto es entendible dado el alto nivel de calificación requerido en los puestos de trabajo. Aproximadamente el 96% tiene por lo menos el secundario completo y el 87% de los trabajadores tiene estudios superiores en curso o los completó. Esto contrasta notablemente con el promedio del sector privado y del total de la economía, donde la proporción de trabajadores con estudios universitarios incompletos no supera el 50%.
El elevado porcentaje de trabajadores que habiendo comenzado los estudios superiores se emplean en el sector trae dos implicancias contrapuestas. Por un lado, refleja una tendencia positiva en cuanto a la inserción temprana en un sector de buenos sueldos –con respecto al promedio de la economía–, de alta formalidad y buena calidad de trabajos. Por otro lado, la temprana inserción laboral (durante los estudios) significa una caída en la tasa de graduados universitarios de las carreras de interés para el sector. En este caso, el debilitamiento del segmento de estudiantes con titulaciones superiores completadas podría repercutir en el nivel de sofisticación de los productos ofrecidos y en la capacidad del sector de introducir innovaciones y desarrollos tecnológicos argentinos en el mercado mundial.
Dicha situación ocurre con mayor incidencia en el caso de la industria de los servicios informáticos. Aproximadamente el 33% de los trabajadores cuenta con estudios superiores incompletos frente al 25% en SBC. Es decir, las chances de ingresar al mercado laboral en una posición relativamente privilegiada atenta contra el propio desarrollo del sector.
La participación de las mujeres en el empleo formal en SBC ha sido históricamente mayor a la media del sector privado, aunque lejos de la paridad
En 2023, la tasa de empleo femenino en SBC fue cercana al 40%, mientras que en el promedio de la economía se encontró en torno al 34%. Esta diferencia se ha mantenido estable entre 6 y 8 puntos desde 2007. No obstante, desde ese año, el avance de la feminización del empleo en los SBC ha sido más lento en comparación con el sector privado en su totalidad (2 p.p. contra 4 p.p.). La trayectoria del software explica buena parte de ello.
La tasa de feminización en SSI ha estado estancada desde la década de 1990
Cabe tener en cuenta que al interior de los SBC hay diferencias relevantes en cuanto a la tasa de feminización. Mientras que actividades como los servicios de contabilidad, los jurídicos y los de I+D tienen un porcentaje de mujeres superior al 45%, en otras como los servicios informáticos no llega al 35%.
Si bien en las décadas de 1970 y 1980 el empleo de SSI en Argentina se encontraba altamente feminizado (Guitart et al., 2022), durante las últimas dos décadas la tasa de feminización evolucionó a contramano del resto de la economía. Aunque la participación femenina en el empleo registró un aumento sostenido en la economía en su conjunto, en el sector de SSI estuvo estancada. Ello se evidencia en que la tasa actual de feminización (33%) es similar a la de 1996. También se refleja en que la tasa de feminización de SSI pasó de ser considerablemente mayor a la media de la economía a ser muy similar.
Los niveles de feminización del sector SSI en Argentina son similares a los de otros países de la región, como Brasil (28%), Chile (30%), Uruguay (33%). Se asemejan también a los de Europa del Este, como Bulgaria (35%), Estonia (36%) y Lituania (36%) (OIT, 2021). Esto pone de manifiesto que la modesta participación de las mujeres en el sector de software tiene raíces estructurales y no resulta un fenómeno circunscrito a la realidad argentina.
En software, la brecha salarial de género ha caído considerablemente desde la década de 1990
En las últimas décadas, la brecha salarial en los SSI ha tendido a converger con la del sector privado. En 2022 ambas se ubicaron en torno al 20%. A pesar de que esta asimetría salarial entre varones y mujeres persista, su magnitud se ha reducido considerablemente. Hoy se ubica muy por debajo de la brecha registrada en el sector hace poco más de 25 años, la cual casi duplicaba el valor actual (40%). Sin embargo, esta tendencia favorable a la reducción de brechas en los salarios contrasta con la tendencia registrada en el empleo, en donde la participación femenina es similar a la de mediados de los años noventa.
La dinámica de la brecha salarial entre mujeres y varones se asocia fuertemente a otros factores como la experiencia laboral, la segregación ocupacional y la segregación vertical. A pesar de la relevancia que tienen estos factores, en Argentina no existe información estadística suficiente para estimar brechas salariales a nivel de perfiles o puestos laborales en el sector. Sin embargo, el estudio de Guitart et al. (2022) aporta evidencia relevante al mostrar que las mujeres que trabajan en SSI tienen una mayor presencia en puestos de menor remuneración relativa –tareas de apoyo, diseño o QA/Tester– y también un menor dominio de los lenguajes, plataformas, bases de datos y frameworks que muestran altas primas salariales y potencial exportable4.
En los últimos cinco años, se triplicó el porcentaje de trabajadores de software que teletrabaja
El sector de SBC, y el de SSI en especial, tiene características particulares que facilitan una mayor adaptación a las estrategias de empleo remoto –o híbrido– que el resto de la economía. Si ya en 2016 este sector tenía una tasa de trabajo remoto mayor al promedio nacional, a partir de 2020 la emergencia sanitaria COVID-19 llevó a la generalización de esta modalidad. Mientras en el resto de la economía el empleo remoto tuvo una caída en la pospandemia, el sector mantuvo una tasa creciente de trabajo en modalidades remotas. En el año 2022, esta fue del 35% para los SBC y del 52% para los SSI. En otras palabras, las estrategias adoptadas durante la emergencia sanitaria perduraron en los sectores de SBC y principalmente en SSI. Así se configuró un cambio radical de las formas de trabajo a partir de 20205.
El comercio exterior de SBC
El auge de las tecnologías de la información y la comunicación de las últimas décadas han permitido un creciente comercio internacional en los SBC. En Argentina, las exportaciones de SBC han crecido por encima de la media en las últimas dos décadas. De este modo, aumentaron su peso relativo en la canasta exportadora argentina pasando del 5% en 2006 al 8% en 2022. Pero, ¿qué tipos de SBC exportamos? ¿A qué países? ¿Cuán relevante es Argentina en las exportaciones globales de SBC?
Argentina es un país superavitario en SBC
En 2022, Argentina exportó 8047 millones de dólares en SBC, monto que más que triplica los 2500 millones vendidos al exterior en 2006. Este desempeño fue espejado por un crecimiento similar de las importaciones, cuyo monto pasó de 2300 millones de dólares en 2006 a 7700 millones de dólares en 2022. Esta dinámica explica por qué Argentina es un país superavitario en SBC.
Sin embargo, la desagregación temporal de la serie permite observar fluctuaciones importantes en el comportamiento del saldo comercial del sector. Si bien fue superavitario durante casi todo el período, registró déficits entre 2013 y 2016. Vale la pena mencionar que parte de este resultado podría deberse a la subfacturación de exportaciones en un contexto de restricciones al acceso al mercado cambiario. En el último período, comprendido entre 2017 y 2022, el sector volvió a mostrar un saldo comercial superavitario aunque con mayores oscilaciones que en el pasado.
Argentina es superavitaria en servicios profesionales e informáticos y deficitaria en propiedad intelectual
El resultado comercial de las distintas actividades del sector de SBC es heterogéneo. Mientras que los servicios de propiedad intelectual (pagos por uso de derechos de propiedad) han sido históricamente deficitarios y explican la mayor parte del déficit comercial agregado, los rubros de servicios profesionales, I+D y SSI, fueron siempre superavitarios. Únicamente los servicios audiovisuales y los de arquitectura e ingeniería pasaron a ser deficitarios en la segunda década de los 2000.
Desde 2006 las exportaciones de SSI fueron las más dinámicas dentro de los SBC
En el año 2006, los servicios profesionales representaban el 39% de las exportaciones de SBC y los de arquitectura e ingeniería el 31%, mientras que la participación de los informáticos era de apenas el 13%. Para 2022, esos números habían cambiado fuertemente, con software liderando con un 33%, por encima de los servicios profesionales (30%) y los de arquitectura e ingeniería (22%). Esto se explica porque el dinamismo de las exportaciones de software fue notablemente superior al de estos otros SBC.
Otro rubro que ha ido ganando peso en las exportaciones de SBC es el de I+D, que pasó del 5% al 8% entre los mismos años. Ello en parte se explica por las ventas externas de servicios de ensayos clínicos a laboratorios radicados fuera de Argentina.
Vale la pena detenerse en las exportaciones de software, dado que se trata del rubro más dinámico dentro de las exportaciones de SBC. En el período 2003-2022, las ventas externas argentinas de SSI se incrementaron 17 veces y crecieron de 149 millones de dólares hasta superar levemente los 2600 millones de dólares. La destacable performance exportadora de los SSI incrementó la participación del sector en el total de la canasta exportadora del país. Esta pasó del 0,4% en 2003 al 2,4% en 2022, con un pico máximo en el año 2020, cuando alcanzaron un 2,7%.
El dinamismo exportador proporcionó al sector SSI un perfil parcialmente orientado hacia el mercado externo. En el periodo 2016-2022, el 34% de las ventas del sector fueron al exterior.
Argentina está dentro de los 40 países más exportadores de SBC, pero desde 2011 ha perdido participación en el mercado mundial
En la actualidad, Argentina es uno de los dos países de América Latina en el top 40 de exportadores de SBC a nivel mundial. En 2022, ocupó el puesto número 38 en el ranking de países exportadores de SBC, con el 0,3% de las exportaciones globales. Se ubica por debajo de Brasil (puesto 22) y por encima de Costa Rica (puesto 41). Esta posición contrasta con la situación en 2011, cuando Argentina ocupaba el puesto 33 del ranking y representaba el 0,4% de las exportaciones globales. Si bien por entonces Argentina exportaba menos en términos absolutos que en la actualidad, las exportaciones globales de SBC crecieron a un ritmo bastante mayor y es por ello que Argentina perdió terreno en términos relativos.
Argentina ocupa el puesto 31 en las exportaciones mundiales de software, pero perdió dinamismo con respecto a la tendencia mundial
Argentina ocupa el puesto 31 en las exportaciones mundiales de software y su participación relativa es del 0,3%, posición similar a los SBC. A nivel regional, Argentina ocupa el segundo puesto en exportaciones de SSI, por debajo de Brasil (puesto 27) y por encima de Costa Rica (puesto 38) y Uruguay (puesto 46). Esta posición también contrasta con la situación en 2011, cuando Argentina ocupaba el puesto 25 del ranking mundial de exportaciones de SSI y estas representaban el 0,6% de las exportaciones globales. Si bien las exportaciones de SSI de Argentina crecieron al 5% anual entre 2011 y 2021, el dinamismo fue menor al mundial (10,9%), perdiendo así peso en el total.
El gráfico muestra la participación de las exportaciones de SSI de distintos países sobre las exportaciones mundiales del sector para el periodo 2006-2022. Como puede verse, la trayectoria de Argentina contrasta con la de países de la región como Brasil y Uruguay, que tuvieron un incremento en su participación de exportaciones en el mercado global de SSI desde 2011. El peor desempeño relativo de las exportaciones argentinas frente al resto del mundo dista de ser una dinámica específica que afectó a los SBC y SSI. Más bien resulta un fenómeno que atraviesa a gran parte de los sectores productivos y, en buena medida, responde a procesos macroeconómicos. La apreciación del tipo de cambio real y la existencia de una brecha cambiaria durante buena parte del período incentivaron la subfacturación de exportaciones y desestimularon la inversión extranjera en sectores de alto potencial exportador.
Estados Unidos es por lejos el primer socio comercial de SBC de Argentina
A diferencia de lo que ocurre con el comercio de bienes, en donde Estados Unidos representa el 7% de las exportaciones, el país del norte explica el 44% de las ventas externas de SBC. El valor exportado fue de 3539 millones de dólares en 2022. Mucho más atrás están Brasil (7%), Reino Unido (6%), Irlanda (5%) y Chile (4%), que sumados aportan un 22% adicional.
Importaciones argentinas de SBC según país de origen
Por otro lado, los principales países de donde importamos SBC son Estados Unidos, Países Bajos, España, Francia y Reino Unido. Nuevamente, Estados Unidos ocupa el primer puesto y da cuenta del 48% de las importaciones de SBC. Su valor fue de 3691 millones de dólares en 2022. Más lejos se ubican Países Bajos (5%), España (4%), Francia (4%) y Reino Unido (4%).
Referencias
Notas
1. La principal diferencia entre el PIB y la facturación o ventas radica en cómo se tratan los insumos. El PIB se calcula sustrayendo el valor de los insumos del total facturado para medir el valor agregado generado por todos los sectores productivos. En cambio, la facturación total puede incluir la contabilización repetida de los mismos insumos. Por lo tanto, el PIB proporciona una medida más precisa de la contribución económica neta, evitando la doble contabilización de los insumos.
2. A fin de estimar las ventas del sector, se combinaron los datos de las ventas declaradas por el Observatorio de la CESSI (OPSSI) con las variaciones a precios constantes de los informes del Polo IT. A fin de generar estimaciones en pesos corrientes se utilizó la evolución del IPC a nivel nacional. Finalmente, se utilizó el tipo de cambio promedio anual reportado por el Banco Mundial.
3. De acuerdo con la Cuenta de Generación del Ingreso del INDEC, que indica que el empleo nacional en 2022 se compuso por 10.911.957 asalariados registrados, 5.330.750 no registrados y 5.612.703 no asalariados.
4. Entre estos se encuentran los lenguajes Solidity (lenguaje de programación de Ethereum) y Objective-C (programación de iOS y entornos de Apple), las plataformas Amazon Web Services (AWS), AIX y Serverless y las bases de datos vinculadas a las plataformas de AWS (RDS Aurora, Amazon Dynamo) y Microsoft (Cosmos DB).
5. Para estimar la población ocupada que realiza sus tareas laborales bajo la modalidad de teletrabajo se siguió la estrategia de identificación de empleo remoto utilizada por Schteingart, Kejsefman y Pesce (2021). La misma consiste en observar quienes realizan sus trabajos desde la vivienda propia e informan que su ocupación requiere de herramientas informáticas para realizarse.
Bibliografía
Guitart, V., Raboso, A., y Segal, N. (2022). Brechas de género en el sector de software en Argentina. Revista Integración & Comercio, 48, pp. 125-167.
Schteingart, D., Kejsefman, I., y Pesce, F. (2021). Evolución del trabajo remoto en Argentina desde la pandemia. Documentos de Trabajo del CEP XXI, N° 5, mayo de 2021, Centro de Estudios para la Producción XXI – Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación.
Cita sugerida
Sidicaro, N. y Rubio, J. (2024). Servicios basados en el conocimiento. Argendata. Fundar.