Antes de empezar
Medir el turismo no es sencillo. Muchas actividades económicas se vinculan con el turismo, pero no de forma exclusiva. Un restaurante, una estación de servicio o un taxi pueden atender tanto a turistas como a residentes. Unos pocos sectores, como hoteles y agencias de viajes, se asocian casi por completo al turismo.
Para medir el peso del turismo en la economía suelen utilizarse los indicadores de “PIB turístico directo” y “valor agregado bruto de la industria del turismo”. El primero considera sólo aquella parte de la actividad económica vinculada al consumo de los turistas: por ejemplo, la fracción del gasto en gastronomía, transporte o cultura realizada por visitantes. El segundo contempla todas las actividades relacionadas con el sector —hoteles, restaurantes, transporte, espectáculos— sin distinguir si la demanda proviene de turistas o residentes. El peso económico del turismo es siempre mayor cuando lo estimamos con este segundo indicador que con el primero, ya que buena parte de la producción de las ramas que participan del turismo se destina también a usos no turísticos.
El turismo en la Argentina reciente
El turismo es una actividad importante para la economía argentina, tanto por su contribución al PIB y al empleo, como por su impacto en la balanza comercial. Asimismo, representa una oportunidad de desarrollo en distintas economías regionales. Sin embargo, la importancia del turismo en la economía argentina es menor que en otros países. ¿Qué características tiene el turismo en Argentina? ¿Qué tan importante es?
El peso del turismo en la economía depende cómo se lo mida
En 2022, el PIB turístico directo representó el 1,7% de la economía argentina. Este indicador contempla únicamente el consumo turístico realizado en el país por turistas nacionales y extranjeros.
Al observar el valor agregado bruto de la industria del turismo, la participación económica del sector aumenta al 4,4%. Este aumento se debe a que se toma en cuenta las industrias completas vinculadas al turismo, sin distinguir si la facturación proviene específicamente del gasto realizado por turistas.
Así, este indicador incorpora actividades vinculadas al turismo que no son traccionadas mayoritariamente por el gasto de los turistas. Es el caso de la gastronomía, donde sólo el 13% de la facturación se asocia al turismo; el transporte de pasajeros, con un 46% de gasto asociado a este sector; o de otros servicios, como los culturales y de venta de combustibles, donde en promedio, apenas el 9% está ligado al turismo1.
La relevancia del turismo en Argentina es menor a la de la mayoría de los países
El PIB turístico directo representa el 1,7% del total en Argentina. Entre los 125 países con datos disponibles, el país se ubica en el puesto 110 en cuanto al peso del turismo en la economía.
Los territorios donde el turismo tiene mayor relevancia económica suelen ser economías pequeñas. En lugares como las Islas Vírgenes o Aruba, el PIB turístico supera el 20% del total. Si se consideran países con más de un millón de habitantes, destacan Croacia (11,8%), Vietnam (9,2%), Portugal (9,1%), Uruguay (8,9%), Filipinas (8,6%), México (8,5%), Grecia (7,1%), España (6,8%) e Italia (5.7%). En la mayoría de estos casos, el desarrollo turístico está asociado al turismo de playas, aunque en varios —como España, México o Italia— la oferta cultural, histórica y urbana también es muy significativa.
La relevancia del turismo en la economía argentina es similar a la de Canadá, Colombia y Australia. A nivel global, Mongolia es el país donde el turismo tiene menor peso (0,2%), mientras que en Sudamérica ese lugar lo ocupa Paraguay (1,1%).
Argentina es uno de los países de América del Sur que recibe más turistas internacionales
Argentina destaca a nivel regional por la cantidad de visitantes que recibe. En 2024, recibió 6,6 millones de turistas internacionales y, junto con Colombia y Brasil (6,8 millones cada uno), ocupó el podio regional.
Sin embargo, Argentina representa apenas el 0,4% del total global de llegadas de turistas internacionales, un valor similar al de Brasil (0,5%) y Colombia (0,5%). América del Sur recibe muchos menos turistas que otras regiones del mundo. En 2024, la región recibió 36,7 millones de visitantes sobre un total mundial de 1470 millones, cifra que representa apenas el 2,5% del total; un nivel de participación menor al que tiene sobre el PIB mundial (3,8%)2. El menor desarrollo relativo del turismo receptivo puede deberse a la lejanía de nuestra región respecto de los grandes centros de consumo turístico mundial, como los países del hemisferio norte.
Los datos del turismo receptivo en Sudamérica contrastan con regiones como Europa (758,6 millones de visitas), América del Norte (137,3 millones) y Asia-Pacífico (317,8 millones) que, sumados, dan cuenta de más del 80% del turismo receptivo mundial.
Argentina percibe el 0,3% de los ingresos mundiales por turismo receptivo
Con casi USD 5000 millones en 2024, Argentina percibió el 0,29% de los ingresos mundiales por turismo receptivo. Esto ubica al país en el puesto 57 sobre 149. A nivel global, los países que lideran el ranking de ingresos son Estados Unidos (12,4%), España (6,1%) y Reino Unido (4,8%).
A nivel sudamericano, Argentina se ubica por debajo de Brasil y Colombia. Si bien estos dos países reciben una cantidad de turistas similar a Argentina, tienen ingresos en divisas mayores. Esto se debe a que el gasto promedio por turista en Argentina es menor: 751 dólares contra 1084 en Brasil y 1273 en Colombia. A modo de referencia, a nivel mundial el gasto promedio por turista fue de 1180 dólares en 2024.
Esta diferencia relativa se debe principalmente al tipo de turismo que recibe Argentina, con un mayor peso de turistas de otros países de la región que ingresan menos en avión y más por tierra. Por lo general, este tipo de turistas realiza estadías más cortas y registra menos gastos.
Los países limítrofes explican cerca de la mitad del turismo receptivo
Entre 2016 y 2024, el gasto de los visitantes de países limítrofes representó el 47% del ingreso de divisas por turismo en Argentina: Brasil (19%), Chile (9%), Paraguay (8%) y Uruguay (7%). Dentro de los no limítrofes, destacan Estados Unidos (10%) y España (7%).
Cuanto más lejano es el origen del visitante, mayor suele ser el gasto por estadía. Tiene sentido: el alto costo del transporte hace que el viaje sólo valga la pena si la visita es más prolongada. Esto ayuda a entender por qué, cuando observamos la cantidad de visitantes en lugar del gasto, los países limítrofes ganan una importancia notable: en Argentina, representan el 66% de los visitantes extranjeros.
Más del 60% del gasto de los argentinos en el exterior se dirige a cinco destinos: Brasil, Estados Unidos, Chile, Paraguay y Uruguay
El gasto de los turistas argentinos en el exterior tiene un patrón relativamente similar al del turismo receptivo. El 49% se dirige a países vecinos, mientras que el 51% a países no limítrofes. El ranking de destinos es el mismo que el de los orígenes: Brasil explica el 18% del gasto de los argentinos en el exterior, Estados Unidos el 15%, Chile el 10%, y Paraguay y Uruguay un 9% cada uno. En sexto lugar aparece España, con un 6%.
La relativa similitud entre el origen de los turistas extranjeros y el destino al que van los turistas argentinos se debe a que buena parte de los flujos turísticos son bidireccionales. Los vínculos culturales, la cercanía geográfica y la conectividad aérea favorecen que los mismos países funcionen tanto como emisores como receptores de turistas argentinos.
Más allá de eso, hay algunas excepciones, como los países del Caribe, que atraen turistas de Argentina pero son irrelevantes en el gasto turístico en Argentina.
El turismo representa el 5,5% de las exportaciones de Argentina, siendo el sexto complejo exportador del país
Durante 2024, el turismo generó casi USD 5000 millones de exportación. Así, se posicionó en el sexto lugar dentro de los complejos exportadores de bienes y servicios (por detrás del sojero, del petroquímico, del de servicios basados en conocimiento, del automotriz y del maicero). Las exportaciones turísticas representan sólo un cuarto del valor generado por el complejo sojero pero resultan mucho más relevantes que las de otros complejos: son un 80% superior al complejo triguero, más del doble que el pesquero y representan tres veces y media las exportaciones de girasol.
El turismo emisivo tiene un peso inusualmente alto en las importaciones argentinas
En Argentina la actividad turística destaca por tener un elevado peso en las importaciones de bienes y servicios. Entre 2016 y 2024, el turismo emisivo representó el 9% del total de importaciones, un nivel superior al de países limítrofes como Uruguay (6,3%), Bolivia (6%), Brasil (5%), Paraguay (4,4%) y Chile (2,3%) . A nivel global, Argentina ocupa el puesto 23 sobre 191 países en el ranking de participación del turismo emisivo en las importaciones totales de bienes y servicios.
El gasto del turismo emisivo presenta desafíos para la balanza comercial del país. En 2016-2019, este ratio llegó a representar el 13% y el pico histórico de los últimos 30 años se dió en 2002 con el 17% de las importaciones totales.
Argentina tiene un déficit comercial turístico elevado en relación al tamaño de su economía
Argentina es un país estructuralmente deficitario en el turismo. Esto significa que sistemáticamente importa más de lo que exporta; es decir, el turismo emisivo es mayor que el receptivo.
Entre 2016 y 2024, el déficit promedio anual de Argentina fue de USD 3000 millones, equivalente al 0,54% del PIB. Argentina se ubicó en el puesto 150 en cuanto al balance turístico sobre un total de 186 países con datos.
A nivel global, el mayor superávit turístico relativo al PIB corresponde a países pequeños especializados en la actividad, como Macao, Andorra, Maldivas y Aruba; donde el superávit turístico excede el 50% del PIB.
Entre los países de más de un millón de habitantes con mayor superávit turístico sobre el PIB, destacan Croacia (15%), Georgia (11%), Jordania (7,7%) y Grecia (6,7%). En el extremo de los países deficitarios, se ubican Ucrania (-5,8%), Noruega (-1,8%), Bélgica (-1,8%) o Alemania (-1,2%).
El déficit turístico de Argentina como porcentaje del PIB es similar al de Brasil. Si bien ambos países tienen grandes atractivos naturales, sufren la lejanía a los grandes centros de consumo globales, condición que limita el desarrollo del turismo receptivo.
El turismo extranjero está muy concentrado: diez destinos argentinos reúnen el 91% de las llegadas de visitantes internacionales
Son pocas las localidades argentinas que atraen turistas extranjeros. CABA es el principal destino turístico, elegido por el 59% de visitantes del exterior. Muy por detrás, es seguida por Mendoza (6%), Bariloche (5,8%), Calafate, Puerto Iguazú, Ushuaia, Salta, Córdoba, Rosario y San Martín de Los Andes. Estos diez destinos representan el 91% de las pernoctaciones de los no residentes en Argentina.
En contraste, la diversificación de destinos es notablemente mayor en el turismo interno. Allí, los diez principales destinos representan el 58% del total. CABA pierde notorio protagonismo (al 19% del total), mientras que Mar del Plata se posiciona en segundo lugar (9,6%). Luego, siguen Bariloche, Villa Carlos Paz, Salta, Mendoza, Rosario, Puerto Iguazú, Córdoba y Villa Gesell. De estos datos surge que Mar del Plata, Villa Carlos Paz y Villa Gesell son destinos turísticos casi totalmente orientados al turismo local, mientras que Calafate, Ushuaia y San Martín de los Andes están relativamente más orientados al turismo extranjero.
Si bien es lógico que el turismo extranjero esté más concentrado que el interno (los visitantes del exterior suelen viajar menos veces al país y priorizar los destinos más emblemáticos), también influyen factores estructurales, como una conectividad aérea internacional limitada por fuera de Buenos Aires, una menor oferta de servicios turísticos adaptados a visitantes extranjeros y la escasa promoción internacional de destinos emergentes.
CABA, Buenos Aires, Córdoba y Río Negro concentran más del 60% de las pernoctaciones
CABA concentra el 25% de las pernoctaciones (tanto de argentinos como de extranjeros), seguida por la provincia de Buenos Aires (balnearios de la Costa Atlántica), Córdoba (sierras y capital) y Río Negro (Bariloche). Estas cuatro jurisdicciones dan cuenta del 63% de las pernoctaciones.
En el otro extremo, La Rioja, Formosa y Catamarca son las provincias de menor actividad turística. En conjunto no alcanzan a representar el 1% de las pernoctaciones, lo que refleja un bajo desarrollo de la infraestructura turística.
Las industrias vinculadas con el turismo representaron en 2022 el 5,5% del empleo total en Argentina
Las principales ramas características del turismo emplearon en 2022 alrededor de 1,2 millones de personas, equivalente al 5,5% de la población ocupada del país. Entre ellas, destacan la gastronomía con un 2,3% del empleo total y el transporte de pasajeros 0,6%, seguidas por alojamiento 0,4%. Las otras industrias turísticas agrupan las actividades artísticas, de cultura, venta de combustibles, entre otras, representan el 2,1%.
Esta medición corresponde al enfoque de “industrias turísticas”, que incorpora actividades vinculadas al turismo que no son traccionadas mayoritariamente por el gasto de los turistas.
En promedio, las industrias turísticas tienen mayores tasas de empleo joven e informal que la media de la economía
El empleo en las ramas turísticas presenta características particulares. Por un lado, hay mayor participación de jóvenes: el 37,7% de las personas ocupadas en actividades turísticas tienen hasta 30 años, 12 puntos por encima de la media de la economía. Sin embargo, existe heterogeneidad: hay un 50% de empleo joven en agencias de viajes y gastronomía y sólo un 17,5% en transporte de pasajeros.
Además, el empleo en las ramas turísticas está más masculinizado (al cliquear el icóno del margen superior derecho se pueden visualizar los indicadores de femenización). La tasa de feminización (porcentaje de mujeres) es del 37,7%, contra 43,3% del resto de la economía. Sin embargo, aquí también se observan diferencias: las mujeres representan más del 50% del empleo en agencias de viajes y alojamientos, y apenas el 16% son mujeres en transporte de pasajeros.
Por último, las industrias turísticas tienen mayor informalidad laboral (al cliquear el icóno del margen superior derecho se pueden visualizar los indicadores de informalidad): en promedio, el 48% de los asalariados es informal, nivel 10 puntos superior a la media de la economía. No obstante, existe heterogeneidad entre las ramas de actividad, las más informales son gastronomía y arte, recreación y cultura, con un valor cercano 60%; en contraste, la rama de agencias de viajes tiene un nivel de 21% y el “Resto de actividades” (que incluyen el alquiler de automóviles o venta de combustible) apenas registra un 10%.
El empleo generado por el turismo se distribuye de forma heterogénea en las provincias
El turismo se distribuye de forma heterogénea en el país y su importancia relativa varía dentro de cada provincia.
En Río Negro, las industrias turísticas explican el 13,4% del empleo formal. Esto se explica por Bariloche, en donde estas ramas dan cuenta del 32% del empleo formal. Tierra del Fuego (11,2%), Santa Cruz (9,7%) y Misiones (9,6%) son otras provincias en donde el turismo es particularmente relevante en el empleo formal. Esto se debe a la importancia de Ushuaia, El Calafate, El Chaltén e Iguazú, que son destinos de alcance mundial. La importancia del turismo en algunos de estos destinos es aún más marcada que en Bariloche. Por ejemplo, en Iguazú las industrias turísticas explican el 35% del empleo formal, y en el departamento Lago Argentino en Santa Cruz (donde están El Calafate y El Chaltén), esa cifra asciende al 50%.
En Chaco, Tucumán, La Rioja y San Juan el turismo explica menos del 6% del empleo formal. Se trata de distritos con un desarrollo turístico más modesto, y con una especialización productiva en otros sectores. A pesar del menor desarrollo del turismo, estas provincias tienen un gran potencial para crecer. Chaco y Tucumán son grandes destinos para el turismo asociado a la biodiversidad (por los ecosistemas chaqueño y yungas, respectivamente), mientras que San Juan y La Rioja tienen grandes atractivos asociados a la cordillera de los Andes y economías regionales como la vitivinicultura y la olivicultura.
Evolución del turismo en Argentina
Si bien no existen datos de PIB turístico de muy largo plazo, sí es posible reconstruir la evolución de la actividad a partir de algunos indicadores que correlacionan fuertemente con la actividad, como los visitantes a Mar del Plata o la cantidad de pasajeros transportados en avión -tanto en vuelos de cabotaje como en los internacionales-. Para años más recientes, sí es posible tener una tendencia más completa. ¿Cómo evolucionó el turismo en Argentina?
En Argentina, el turismo comenzó a despegar en los años ‘30 y se masificó desde los años ‘40
Hasta bien entrado el siglo XX, el turismo era una actividad mínima en Argentina, que sólo consumían las elites. A partir de los años ‘30 y, sobre todo, desde los ‘40, comenzó a despegar y ser más accesible para una parte creciente de la población argentina.
Dado que no existen estadísticas turísticas a nivel nacional de largo plazo, es posible ilustrar esta trayectoria a través de la evolución de la llegada de turistas a Mar del Plata (principal destino turístico de Argentina por fuera de CABA)3. En la temporada de verano de 1887, sólo 1416 personas visitaron Mar del Plata. Para 1921, la cantidad de visitantes trepó hasta 40.370. En los años ’30 la ciudad superó los 100.000 visitantes, a partir de una gradual participación de la clase media en los arribos, acompañada por la difusión del automóvil y el micro que empezaron a complementar al tren como medio de transporte (Torre y Pastoriza, 2019). A partir de los años ‘40, Mar del Plata se convirtió en un destino turístico masivo para la clase obrera, bajo el impulso al turismo social y sindical en los años del peronismo. A principios de los ‘50, el balneario superó por primera vez el millón de veraneantes, y hacia fines de la década siguiente, los dos millones.
Durante el último cuarto del siglo XX, la cantidad de veraneantes se estancó, a tono con el deterioro del poder adquisitivo y el surgimiento de otras opciones turísticas, tanto en Argentina como en otros lugares del mundo. Tras la salida de la convertibilidad y la devaluación del peso en 2002, la llegada de visitantes a Mar del Plata tuvo un nuevo impulso, aunque se estancó desde 2012 volvió a detenerse al ritmo de la desaceleración económica y la caída de ingresos de la población (en un contexto de apreciación cambiaria que favorece al turismo hacia el exterior). En 2024, hubo 3,5 millones de veraneantes, una cifra 2% menor a la de 2012.
La cantidad de pasajeros en avión se multiplicó más de 60 veces desde 1950
Hasta los años ‘40, el transporte en avión en Argentina fue marginal. En 1950, año de la creación de Aerolíneas Argentinas, la cantidad de pasajeros transportados en avión era de apenas 483.000. A partir de allí, empezó un sendero ascendente y en 2019 el número de pasajeros de avión registró un récord histórico con 30,5 millones de personas transportadas, 66 veces más que en 1950.
La pandemia de COVID-19 generó una caída abrupta, que no ha sido del todo revertida en los años que siguieron:en 2024, 29,3 millones de personas viajaron en avión, cifra que representa la segunda marca más alta de la historia, aunque es un 3,7% más baja que el pico prepandémico.
Entre fines de los ‘50 y principios de los ‘80, la expansión de la aviación estuvo mayormente traccionada por el segmento de vuelos de cabotaje, que crecieron del 40% a casi el 70% del total de vuelos. Entre 1983 y 2011, los vuelos internacionales fueron el segmento más dinámico, y aumentaron su participación relativa del 31% al 64% del total de vuelos. En la última década, los vuelos de cabotaje volvieron a ganar protagonismo; en la actualidad representan el 54% de los vuelos. Detrás de estos cambios hay varios factores, como la dinámica de los salarios en dólares de la población (sobre todo, de los segmentos medios y altos), las estrategias de posicionamiento de las aerolíneas a nivel global y local y las inversiones en infraestructura aeroportuaria en distintas partes del país.
En los últimos 65 años, el turismo receptivo creció sostenidamente, aunque perdió impulso en años recientes
En 1960, Argentina recibió alrededor de 430.000 turistas extranjeros, mayormente de países limítrofes. Desde finales de la década, la cantidad de visitantes creció y en 1977 superó los 2 millones. En las décadas siguientes, el turismo receptivo siguió creciendo, impulsado por el desarrollo de la aviación y la llegada de turistas de países no limítrofes. Para el año 2000, llegaron a Argentina 4,4 millones de turistas. Tras la salida de la convertibilidad en 2002, Argentina tuvo una nueva expansión del turismo receptivo, por dos razones: bajos precios en dólares y dinamismo económico global y en particular de vecinos como Brasil. Así, para 2010, la cantidad de turistas de otros países llegó a 6,7 millones.
Sin embargo, desde entonces, la tendencia se ralentizó. En la década de 2010, el turismo receptivo se mantuvo estancado, producto del encarecimiento de la Argentina en dólares, el bajo dinamismo de vecinos como Brasil y el surgimiento de nuevos destinos competidores emergentes en la región, como Chile, Colombia y Perú. La pandemia de COVID-19 desplomó por completo las visitas internacionales y la recuperación posterior nunca logró revertir del todo ese retroceso. En 2024, el turismo receptivo fue de 6,6 millones de personas, cifra similar a la de 2010 y 11% por debajo del pico histórico de 2019 (7,4 millones).
Desde 2012, tanto el turismo interno como el receptivo están estancados
En Argentina, el turismo está estancado desde hace más de una década, y esto se da tanto en el turismo interno (viajes que se realizan dentro del país por residentes) como en el receptivo (viajes dentro del país por no residentes).
En 2023, se registraron 26,9 millones de viajes de residentes, un nivel 13% menor al de picos como 2013, 2015 y 2022. En tanto, hubo 7,3 millones de viajes realizados por extranjeros, 2% por debajo del pico de 2019. Cabe señalar que estos números no reflejan la cantidad de turistas individuales que hacen viajes, dado que una misma persona puede viajar más de una vez.
El estancamiento del turismo se debe a dos grandes factores: el pobre desempeño del salario real (particularmente desde 2015) y el encarecimiento de la economía argentina en dólares durante buena parte del período, que volvió más atractivo vacacionar fuera del país.
En 2022, el 33% de la población viajó, mostrando un retroceso respecto al pico de 2013-2015
Una forma de conocer el grado de democratización del consumo turístico en un país es a partir del indicador porcentaje de habitantes que pueden hacer un viaje al menos una vez al año. En 2022, el 33% de residentes de grandes aglomerados urbanos del país realizaron al menos un viaje turístico con pernocte; en términos absolutos, esto equivale a 10,2 millones de personas. Esta cifra es considerablemente inferior al trienio 2013-2015, años en los que alrededor del 48% de la población tuvo la oportunidad de viajar. Desde entonces, la caída del poder adquisitivo agravada por el impacto de la pandemia en 2020-2022, afectó negativamente el porcentaje de población que hace turismo.
Cabe señalar que la información disponible únicamente llega al año 2022 porque se ha discontinuado la aplicación del módulo de “Comportamiento Turístico” de la Encuesta de Viajes y Turismo de los Hogares.
El peso del turismo en las exportaciones argentinas fue creciente entre fines de los ‘70 y principios de los ‘90, y declinante en el siglo XXI
En los años ‘70, el turismo representaba menos del 4% de las exportaciones argentinas. La masificación del transporte aéreo internacional durante los ‘80 y principios de los ‘90 impulsó un crecimiento sostenido del sector y, en 1993, superó el 10% del total de exportaciones argentinas, nivel que se sostuvo durante toda la década.
Entre 1999 y 2002, la participación del turismo en las exportaciones cayó al 5–6% del total (con excepción de los años de pandemia). Esta retracción se explica, en gran medida, por el fin del régimen de convertibilidad y la devaluación de 2002 que abarató significativamente los costos de la estadía en el país y redujo el gasto por turista medido en dólares. En contraste, otros rubros de exportación —particularmente los commodities— aumentaron su participación relativa en la canasta exportadora.
En las últimas dos décadas, la participación del turismo sobre el total de las exportaciones se ha mantenido estable en torno a la franja del 5% al 7,5% (con excepción de la caída extrema en los años de la pandemia del COVID-19). En el año 2024, la actividad representó 5,1%, un valor apenas menor que en 2002.
La balanza comercial turística es estructuralmente deficitaria y presenta saldos negativos para la mayoría de los años desde 1976
El turismo puede ser una fuente importante de generación de divisas para los países. Sin embargo, la balanza comercial turística de Argentina ha sido persistentemente deficitaria: el país tuvo saldo negativo en 42 de los 49 años transcurridos desde 1976.
La balanza turística argentina ha sido marcadamente deficitaria en períodos de apreciación cambiaria, cuando el país se encarece en dólares y aumentan los incentivos para viajar al exterior. Esto ocurrió, en particular, durante la década del ‘90 y los últimos 15 años. El año 2017 tuvo un déficit turístico de USD 6000 millones, el valor más alto de la historia.
La persistencia del déficit turístico agrava la escasez crónica de divisas que enfrenta la economía argentina. Reducir este desequilibrio requiere un conjunto de políticas, tanto macroeconómicas — un tipo de cambio real más competitivo—, como sectoriales, orientadas a mejorar la infraestructura y la conectividad local, así como a fortalecer la promoción internacional del país, con el fin de hacer más atractivo y accesible el turismo en Argentina.
Cabe destacar que los datos mencionados sólo reflejan la balanza comercial en el rubro “viajes” (por ejemplo, hoteles y consumos en destino), sin contar el transporte de pasajeros por medio de aerolíneas. Para comparar la diferencia entre ambas mediciones, se sugiere revisar esta nota metodológica.
El turismo en el mundo
En las últimas décadas, el turismo ha sido una actividad de alto dinamismo en el mundo. Desde 1950, la cantidad de turistas internacionales creció 58 veces, mientras que la economía global sólo lo hizo por 15. Entre las principales razones de esta trayectoria destacan el aumento de los ingresos en gran parte del mundo, la globalización cultural y los cambios tecnológicos (que abarataron costos de transporte y de gestión). ¿Cómo evolucionó el turismo en el mundo? ¿Qué pasó con Argentina?
Desde 1950, la cantidad de turistas en el mundo se multiplicó casi 60 veces
Hasta bien entrado el siglo XX, el turismo en el mundo era una actividad pequeña. En 1950, sólo 25 millones de personas en el mundo viajaron fuera de sus países, lo que equivalía a 1 turista transfronterizo cada 100 habitantes. Para 1980, la cantidad de turistas había crecido hasta los 280 millones y, para el año 2000, casi alcanzaba los 700 millones. En 2019, el turismo registró el récord de 1468 millones de viajeros, equivalente a 19 turistas cada 100 personas. La pandemia de COVID-19 generó un shock tal que hizo que la cantidad de turistas volviera a niveles de fines de los ‘80. Sin embargo, la recuperación fue relativamente rápida, y en 2024 se superó el pico previo.
En 1950, casi todo el turismo se dirigía a Europa y América, las regiones más ricas del mundo, que concentraban el 96% del turismo receptivo. Con el correr de las décadas y el desarrollo de otros países, ambas regiones perdieron peso y en la actualidad representan el 66%. En contraste, ganaron participación otras regiones, como África, Oriente Medio y, particularmente, Asia y el Pacífico.
El auge del turismo en el mundo obedece a varios factores. Entre ellos, destacan la expansión del transporte aéreo y la reducción de sus costos, el aumento sostenido de los ingresos en amplias regiones del mundo y la flexibilización de los regímenes migratorios. A ello se suman la globalización cultural (que despertó el deseo por conocer lugares lejanos), la digitalización que facilitó la organización de los viajes y la creciente valorización del ocio y las experiencias como parte del bienestar personal.
Los ingresos por turismo receptivo se quintuplicaron desde 1995
En 1995, el ingreso global en concepto de turismo receptivo (esto es, las exportaciones turísticas) totalizaba los USD 353.000 millones. En 2024, llegó a 1,7 billones de dólares, registrando una suba del 380%. En 2024, Europa fue la región con más ingresos por turismo y representó el 38% del ingreso global. Esta posición se ve favorecida por la alta integración económica entre sus países (que además son de alto ingreso per cápita) y la robustez de su elevada infraestructura turística. Sin embargo, el peso de la región viene en retroceso: en las últimas tres décadas su participación en las exportaciones turísticas globales cayó 12 puntos, desde el 50% registrado en 1995.
La región de América muestra un retroceso similar. En los ’90 era la segunda región con mayores exportaciones turísticas y hoy ha sido desplazada al tercer lugar, por detrás de Asia. Este continente ha duplicado su relevancia en el ingreso turístico global: del 16% del total en 1995 al 33% en 2024. Este crecimiento ha estado impulsado por su extraordinario crecimiento económico, que traccionó el aumento del turismo intrarregional y la inversión en infraestructura turística.
La participación de Argentina en el turismo receptivo mundial creció entre los ‘60 y fines de los ‘80, y viene decayendo desde entonces
A mediados de los ‘60, Argentina explicaba el 0,4% del turismo receptivo mundial. Entre 1965 y 1989, las llegadas de turistas a Argentina crecieron más rápidamente que en el resto del mundo, lo que hizo que el peso relativo del país en el turismo mundial se duplicara hasta alcanzar el 0,9%. Sin embargo, desde entonces Argentina viene perdiendo participación. Actualmente, el país representa el 0,4% del turismo global, un nivel similar al de los ’60. En parte, esta pérdida de relevancia se debe al auge de economías emergentes como las de Asia, África y Oriente Medio.
En el contexto regional, la relevancia de Argentina fue creciente entre 1965 y 2010 (pasó del 2% del total regional al 4,5%). Sin embargo, desde entonces, el país perdió un terreno considerable y, para 2024, su participación cayó al 3%. Mientras que, desde 2010, la cantidad de turistas extranjeros en Argentina se redujo un 2%, en América creció 45% y en el mundo 53%. El pobre desempeño de Argentina responde a varios factores: los recurrentes problemas macroeconómicos que encarecen los costos internos en dólares, la escasa inversión sostenida en infraestructura turística y la competencia creciente de destinos regionales que mejoraron su oferta y promoción, como Brasil, México, Colombia, Perú o Chile.
Argentina está entre los pocos países del mundo que redujeron sus exportaciones turísticas desde 2010
En el año 2000, Argentina percibió ingresos por turismo receptivo por USD 2900 millones, una cifra similar a la de República Dominicana y Nueva Zelanda, y superior a la de Filipinas, Colombia y Brasil. En la actualidad, los ingresos percibidos por Argentina se ubican por debajo de todos estos países. Este retroceso se produjo principalmente a partir de 2010. Desde entonces, las exportaciones turísticas argentinas cayeron ligeramente, mientras que en el resto de los países seleccionados siguieron creciendo.
Son pocos los países del mundo cuyas exportaciones turísticas se contrajeron desde 2010: sólo 21 países redujeron sus ingresos por turismo sobre un total de 144. En general, se trata de países en guerra (como Rusia, Ucrania, Israel, Palestina) o muy pobres y con conflictos internos importantes (como varios africanos). Algunas excepciones a esta regla son China y Bélgica.
En el otro extremo se encuentran países que tuvieron un extraordinario dinamismo, partiendo por lo general de bases bajas. Se incluyen aquí Arabia Saudita (+510% desde 2010), Islandia (+478%), Japón (+313%) y Colombia (+207%). En todos los casos, se trata de países que optaron por abrirse y promocionar el turismo; además, en Colombia jugó a favor la disminución de la conflictividad interna y la consiguiente mejora en la seguridad personal.
Referencias
Notas
- Dato de YVERA a 2019. Tabla 6. Para mayor información, consultar el repositorio de la Cuenta Satélite de Turismo de Argentina (CST-A) de la Secretaría de Turismo, Ambiente y Deportes. ↑
- Este calculo se realizó a partir del PIB de 11 países sudamericanos (con excepción de Venezuela, sin dato) y se dividió por el PIB global. Los datos se tomaron a precios corrientes, de los World Development Indicators del Banco Mundial, a 2024. ↑
- En 2024, CABA tuvo 1,7 millones de plazas hoteleras disponibles, seguido por Mar del Plata, con 1,1 millones. Los datos corresponden a la Encuesta de Ocupación Hotelera de la Subsecretaría de Turismo y el INDEC, y se toma el promedio anual de plazas disponibles. ↑
Bibliografía
Pastoriza, E. (2008). Estado, gremios y hoteles. Mar del Plata y el peronismo, Estudios Sociales, número 34, primer semestre
Torre, J. C. y Pastoriza, E. (2019). Mar del Plata. Un sueño de los argentinos. Edhasa
Cita sugerida
Schteingart, D., Della Paolera, C. y Vezzato, J. M. (2025). Turismo. Argendata. Fundar.